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Revelación del Monte Sinaí

Una introducción al pacto de Yehovah, Las diez palabras,  y la importancia de Moisés para la Fe Bíblica.

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Introducción

Parashá Yitro en Éxodo 20:1, presenta la historia más importante que ha podido ocurrir en toda la historia humana: la revelación de "Los diez mandamientos".
En la Biblia ésta es la única vez en la cual se describe a Dios hablando con voz audible [sin un intermediario como los ángeles] a toda la congregación de  Israel, y las palabras que fueron oídas fueron:

א  וַיְדַבֵּר אֱלֹהִים, אֵת כָּל-הַדְּבָרִים הָאֵלֶּה לֵאמֹר 
ב  אָנֹכִי יְהוָה אֱלֹהֶיךָ, אֲשֶׁר הוֹצֵאתִיךָ מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם מִבֵּית עֲבָדִים:  לֹא-יִהְיֶה לְךָ אֱלֹהִים אֲחֵרִים, עַל-פָּנָי
ג  לֹא-תַעֲשֶׂה לְךָ פֶסֶל, וְכָל-תְּמוּנָה, אֲשֶׁר בַּשָּׁמַיִם מִמַּעַל, וַאֲשֶׁר בָּאָרֶץ מִתָּחַת--וַאֲשֶׁר בַּמַּיִם, מִתַּחַת לָאָרֶץ 
ד  לֹא-תִשְׁתַּחֲוֶה לָהֶם, וְלֹא תָעָבְדֵם:  כִּי אָנֹכִי יְהוָה אֱלֹהֶיךָ, אֵל קַנָּא--פֹּקֵד עֲוֺן אָבֹת עַל-בָּנִים עַל-שִׁלֵּשִׁים וְעַל-רִבֵּעִים, לְשֹׂנְאָי
ה  וְעֹשֶׂה חֶסֶד, לַאֲלָפִים--לְאֹהֲבַי, וּלְשֹׁמְרֵי מִצְוֺתָי
ו  לֹא תִשָּׂא אֶת-שֵׁם-יְהוָה אֱלֹהֶיךָ, לַשָּׁוְא:  כִּי לֹא יְנַקֶּה יְהוָה, אֵת אֲשֶׁר-יִשָּׂא אֶת-שְׁמוֹ לַשָּׁוְ 
ז  זָכוֹר אֶת-יוֹם הַשַּׁבָּת, לְקַדְּשׁוֹ
ח  שֵׁשֶׁת יָמִים תַּעֲבֹד, וְעָשִׂיתָ כָּל-מְלַאכְתֶּךָ 
ט  וְיוֹם, הַשְּׁבִיעִי--שַׁבָּת, לַיהוָה אֱלֹהֶיךָ:  לֹא-תַעֲשֶׂה כָל-מְלָאכָה אַתָּה וּבִנְךָ וּבִתֶּךָ, עַבְדְּךָ וַאֲמָתְךָ וּבְהֶמְתֶּךָ, וְגֵרְךָ, אֲשֶׁר בִּשְׁעָרֶיךָ 
י  כִּי שֵׁשֶׁת-יָמִים עָשָׂה יְהוָה אֶת-הַשָּׁמַיִם וְאֶת-הָאָרֶץ, אֶת-הַיָּם וְאֶת-כָּל-אֲשֶׁר-בָּם, וַיָּנַח, בַּיּוֹם הַשְּׁבִיעִי; עַל-כֵּן, בֵּרַךְ יְהוָה אֶת-יוֹם הַשַּׁבָּת--וַיְקַדְּשֵׁהוּ 
יא  כַּבֵּד אֶת-אָבִיךָ, וְאֶת-אִמֶּךָ--לְמַעַן, יַאֲרִכוּן יָמֶיךָ, עַל הָאֲדָמָה, אֲשֶׁר-יְהוָה אֱלֹהֶיךָ נֹתֵן לָךְ 
יב  לֹא תִרְצָח,    לֹא תִנְאָף;   לֹא תִגְנֹב,    לֹא-תַעֲנֶה בְרֵעֲךָ עֵד שָׁקֶר 
יג  לֹא תַחְמֹד, בֵּית רֵעֶךָ;  לֹא-תַחְמֹד אֵשֶׁת רֵעֶךָ, וְעַבְדּוֹ וַאֲמָתוֹ וְשׁוֹרוֹ וַחֲמֹרוֹ, וְכֹל, אֲשֶׁר לְרֵעֶךָ

20  Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
2 Yo soy Yehováh tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Yehováh tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 No tomarás el nombre de Yehováh tu Dios en vano; porque no dará por inocente Yehováh al que tomare su nombre en vano.
8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
10 mas el séptimo día es reposo para Yehováh tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
11 Porque en seis días hizo Yehováh los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Yehováh bendijo el día de reposo y lo santificó.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Yehováh tu Dios te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No hurtarás.
16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
17 No codiciarás  la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

El pacto de Yehovah

Antes de que Yehovah​ se haya revelado con relámpagos, humo, sonidos de shofares y exponga los famosos diez mandamientos, Yehovah se dirige a Moisés tres días antes y le revela lo que iba a hacer:

ה  וְעַתָּה, אִם-שָׁמוֹעַ תִּשְׁמְעוּ בְּקֹלִי, וּשְׁמַרְתֶּם, אֶת-בְּרִיתִי--וִהְיִיתֶם לִי סְגֻלָּה מִכָּל-הָעַמִּים, כִּי-לִי כָּל-הָאָרֶץ

Éx 19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro  sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra....

En Génesis 17 Yehováh ordena a Abraham a caminar íntegramente delante de Él, y le promete establecer su pacto con él y con su descendencia. El pacto consiste en la promesa de heredar la Tierra Prometida, pero en realidad Abraham, por su parte, solo recibe la orden de guardar la "señal del pacto" [la circuncisión], mas no recibe los detalles del pacto, puesto que este pacto lo recibiría su descendencia como vemos en Éxodo capítulo 20. Cuando Dios ordena a Moisés a preparar a los Israelitas durante tres días, Dios les pre-revela el motivo de su visita en los próximos días: "si pusieres oído a mi voz y guardareis mi pacto". En otras palabras, Dios les advertía que cuando Él se presente en la nube, con los truenos, relámpagos, etc. si prestaren oído a la voz que se escucharía de Yehovah y accedieran al pacto guardándolo, Dios les recompensaría haciéndolos un pueblo especial y los convertiría en una nación de reyes y sacerdotes. En conclusión, Dios propuso un pacto, contrato o acuerdo ante los israelitas. Es en base a esta historia que los judíos recuerdan el pacto del Sinaí como una boda entre Dios y el pueblo de Israel, donde Dios propone los términos de una relación, e Israel con su libre albedrío aceptaría si acceder a ella o rechazarla. Por lo tanto, las palabras que fueron oídas de parte de Dios ante todos la congregación de Israel [no por medio de Moisés] es el pacto de Dios, el acuerdo, el contrato [ketubbah] entre Dios y Su pueblo. Éstos son los diez mandamientos [Éxodo 20:1-17].

¿Qué significan los Diez Mandamientos?

Los diez mandamientos representan el pacto que Yehovah reveló a Su pueblo Israel.

Tanto en Éxodo 20 como en Deuteronomio capítulo 5, lo que llamamos "Diez Mandamientos" וַיְדַבֵּר אֱלֹהִים en realidad debe ser traducido como "las palabras de Dios" o "las diez devarim (cosas)" que habló Yehovah en el Monte Sinaí. Si bien en principio parece una simple e insignificante aclaración, hay una gran diferencia teológica entre ambas traducciones. Permítame explicar con un ejemplo:

"Yo tengo diez cosas" es distinto a decir "Yo tengo diez lápices", cuando yo digo que tengo diez cosas puedo estar refiriéndome a diez tanques, o diez aviones, diez mansiones, etc. pero al interpretar que las diez cosas que tengo son solo diez lápices disminuye la cantidad y cualidad de lo que poseo.

De la misma forma, la Biblia relata que Yehovah habló diez dichos o cosas desde el Monte Sinaí, lo cual puede entenderse como principios bíblicos o fundamentos de la Fe, conceptos, o en este caso, palabras con un sin fin de interpretaciones y principios. Mientras que decir "diez mandamientos" disminuye la revelación de Dios. El lector debe considerar que los subtítulos como los capítulos y versículos fueron agregados por los cristianos más de mil años después, y luego los caraítas agregaron los suyos a la Biblia hebrea, por lo que el término de "Diez Mandamientos" no es original en la Biblia.

Por esta razón, lo que llamamos, "los diez mandamientos" se debe entender como "diez palabras o dichos". Esto significa que "honrarás a tu padre y a tu madre", "no matarás", "no robarás", o "guardarás el día de Shabbat", etc. no son mandamientos específicos [aunque sí lo pueden ser], sino que en este contexto se refiere a algo mucho más amplio como conceptos o principios bíblicos. Por ejemplo, en "el dicho" de honrar al padre y a la madre se derivan el concepto o mandamiento del respeto, de no maldecir a los padres, no herirles, como también el de usar balanzas justas, no engañar al prójimo, (cualquier cosa que lleve honra a los padres, etc.) e incluso algunos entienden que para honrar al padre y a la madre se debe guardar toda la Torah, ya que si uno anda en pecado [transgresión de la Torah] trae deshonra a los padres. De la misma forma, el concepto de no robar, se entiende como no raptar, por lo cual se deriva del mismo la prohibición de la esclavitud, igualdad de personas, el amor al prójimo, restitución  y así sucesivamente. En sumatoria, los diez mandamientos o las diez palabras que habló Yehovah desde el Monte Sinaí se entiende como "La Constitución de la Fe" o  "El gran contrato" o "El Pacto", siendo de este modo la base de todas las leyes que luego Dios revelaría en un tiempo de 40 años en el desierto. En conclusión, cuando Dios habló las diez palabras, en realidad, Él les reveló (como ejemplo) la constitución de toda su Torah, o en la práctica les reveló toda su Torah en esas diez palabras, por consiguiente, "los diez mandamientos" de Yehovah representan toda su Torah, y a su vez esos "diez mandamientos" es el pacto de Dios.

¿Para qué el espectáculo?

Deuteronomio 4:12 nos advierte a no hacer ninguna clase de imagen, pues Dios no fue visto en el Monte Sinaí [la única vez que hubo una clase de representación del Dios de Israel a ojos de todo el pueblo], sin embargo, vemos en Éxodo 20:18-22 que la experiencia del Monte Sinaí fue bastante dramática: Hubo un humo sobre la cima del monte, fuego, truenos, relámpagos y un sonido de shofar audible a todo el pueblo. ¿Cuál habrá sido el propósito de Dios para hacer todo esto? o, en otras palabras, si Dios no quiere ninguna clase de imagen relacionada a Él entonces, ¿por qué presentarse con todo este show aparentemente innecesario? [ya que no se puede ligar a su imagen].

כ  מִזְבַּח אֲדָמָה, תַּעֲשֶׂה-לִּי, וְזָבַחְתָּ עָלָיו אֶת-עֹלֹתֶיךָ וְאֶת-שְׁלָמֶיךָ, אֶת-צֹאנְךָ וְאֶת-בְּקָרֶךָ; בְּכָל-הַמָּקוֹם אֲשֶׁר אַזְכִּיר אֶת-שְׁמִי, אָבוֹא אֵלֶיךָ וּבֵרַכְתִּיךָ

Ex20:20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.

Moisés inmediatamente responde ante la congregación que Dios se había presentado de esa manera para transmitir temor, para probarlos (hacer entender) a fin de que no pequen (transgredan su Torah).

A pesar de que ésta es una explicación bíblica y verdadera, ésta es tan solo la explicación de Moisés ante el pueblo, pero en realidad, Dios le había revelado de ante mano el propósito de su visita.

Creer en Moisés

ט  וַיֹּאמֶר יְהוָה אֶל-מֹשֶׁה, הִנֵּה אָנֹכִי בָּא אֵלֶיךָ בְּעַב הֶעָנָן, בַּעֲבוּר יִשְׁמַע הָעָם בְּדַבְּרִי עִמָּךְ, וְגַם-בְּךָ יַאֲמִינוּ לְעוֹלָם; וַיַּגֵּד מֹשֶׁה אֶת-דִּבְרֵי הָעָם, אֶל-יְהוָה.

Éxodo 19:9 Entonces Yehováh dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que crean en ti para siempre.

En simples palabras, Yehovah quería que el pueblo tenga una experiencia personal en cuanto a la revelación que recibía Moisés, para que así crean que la revelación de Moisés era genuina y así mismo crean en Moisés para siempre. Si sumamos ambas explicaciones [Éxodo 19:9 y Éxodo 20:19], Yehovah quería transmitir al pueblo temor de admiración viendo el gran espectáculo que estaba frente a ellos para que obedezcan su palabra, y además, pretendía que por lo aterrador del fuego y el estruendo deleguen a Moisés como el mensajero a fin de que no mueran. Finalmente, Dios puede continuar revelando Su Palabra a Moisés pero se aseguró de que el pueblo lo respete, le crean y obedezcan para siempre.

Creer en Moisés es un principio fundamental en la Fe Bíblica o la Fe del Pueblo de Israel, ya que fue él quien recibió las tablas, la primera y segunda vez, fue a él quien Dios se dirigió en el tabernáculo y recibió instrucciones divinas y fue él quien registró todas estas palabras por orden de Dios, para que luego permanezca este pacto e instrucciones divinas [La Torah] por todas las generaciones.

No creer en las palabras de Moisés  desafía toda la Biblia y a Dios mismo, ya que todo escrito posterior considerado divino como lo es "la Tanakh" se refiere constantemente y debe ser probado en relación a si está en acuerdo a la Torah de Moisés.

Entendiendo la importancia de Moisés frente al propósito que tendría su vida de recolectar todas las instrucciones divinas del pacto de Yehovah para su pueblo y la humanidad, es que se puede entender por qué Dios se presentó con humo, fuego, relámpagos y un gran sonido aterrador de shofar frente a todos los ojos del Pueblo de Israel. Básicamente, ellos experimentaron [como] una erupción volcánica en las faldas del volcán, ¡qué mas aterrador que eso! pero viendo a Moisés en lo más alto, a la vista de todos, mientras Dios se dirigía a él.

Sumatoria:

La revelación del Monte Sinaí tuvo tres principales objetivos:

  1. Mostrar y convencer a los israelitas de quién era su Dios a través de una asombrosa experiencia personal,

  2. hacer que el pueblo de Israel crea en Moisés como el profeta de Dios a modo que obedezcan las instrucciones que él recibiría en el desierto, y,

  3. final y principalmente, establecer el pacto de Dios, Su Torah, Sus palabras personalmente a los oídos de los israelitas para que con su libre albedrío decidieran si obedecer o no a los mandamientos [el pacto] de Dios.

Mensaje adicional del autor:

*Con este estudio queremos además dar a conocer con una perspectiva bíblica al significado de la palabra "creer" .

Dos veces en la Torah se refleja  el concepto de creer en Moisés. La primera vez fue cuando el mar se dividió en dos y los carros de Faraón quedaron sepultados. La Biblia dice que después de lo acontecido los israelitas reverenciaron/temieron en Yehovah y creyeron en Moisés su siervo  [Éx 14:31], y la segunda vez es ésta que hemos compartido acerca de la Revelación del Monte Sinaí. Lo que podemos aprender de ambos pasajes es que Dios jamás quiso que adoraran a Moisés. Dios quería que creyeran en Moisés, pero creer en un lenguaje bíblico no significa poner su Fe en determinada persona. Donde existe una controversia es que a menudo algunas personas confunden la palabra Fe por creer, cuando en realidad no es la misma ni en hebreo ni  en su contexto.  Lo que quiero mostrar a quienes se identifican con la Fe cristiana es que creer en Jesús no debe confundirse con "creer que él es Dios" o "poner su fe en"; Si esa fuera la interpretación o significado de la palabra "creer" entonces, también deberían creer que Moisés es Dios y deberían también poner su Fe en Moisés. Después de todo, Jesús enseñó lo mismo que acabo de decir:

Juan 5:46 Si hubieses estado creyendo en Moisés, me hubieses creído a mí, porque concerniente a mí escribió él. 47 Pero, si las escrituras de él no creen, ¿Cómo van a creer en mis palabras? (int - Greek Tyndale)

Basado en este relato Jesús les enseña que para creer en Jesús previamente deben creer en Moisés, por lo tanto, si la palabra "creer" significa "testificar  que es Dios o poner su fe en", ¿Significa que Jesús estaba enseñando que previamente deben creer en Dios Moisés y luego en Dios Jesús? El mismo versículo responde, "creer en" significa creer en sus palabras, creer en el mensaje. En lo concerniente al contenido de esta enseñanza es fundamental la creencia en Moisés como el gran profeta de la Biblia, incluso como un creyente cristiano es fundamental la creencia en Moisés para creer en Jesús, ya que Yeshua mismo lo dijo. Como sea, "creer en" no se debe confundir con otras teologías. Moisés no es Dios ni debemos poner nuestra Fe en él, "creer en" solo significa creer en su mensaje, creer que él habla conforme a la voluntad de Dios, Yehovah.

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