Génesis 25:19-26

​Isaac se casa con Rebeca. Isaac clama a Dios y luego de veinte años sin hijos, sus plegarias son respondidas y Rebeca concibe. El embarazo es difícil, ya que “los niños se pelean dentro suyo”; Yehovah le dice que tiene “dos naciones en su vientre”, y que su hijo menor prevalecerá por sobre el mayor.
Esaú sale primero. Jacob nace tomando el talón de Esaú. Esaú crece para ser un cazador; Jacob es un pastor de ovejas. Isaac amaba a Esaú, Rebeca a Jacob.

Génesis 25:27-34
Volviendo exhausto y hambriento del campo luego del día de caza, Esaú vende a Jacob los méritos que le corresponden como primogénito por un guiso de lentejas rojas.
 

Génesis 26:1-35
En Grar, en la tierra de los Filisteos, Isaac presenta a Rebeca como su hermana, por temor a ser asesinado por alguien que desee la belleza de Rebeca. Trabaja la tierra, destapa los pozos que su padre Avraham cavó y cava una serie de nuevos pozos de agua: sobre los dos primeros hay una lucha contra los Filisteos, pero las aguas del tercer pozo son disfrutadas con tranquilidad, la cual llama Rehobot. Esaú    se casa con dos mujeres Heteas, la cual traen amargura para Isaac y Rebeca.
 

Génesis 27:1- 28:9
Isaac se pone anciano y ciego, y expresa su deseo de bendecir a Esaú antes de su muerte. Mientras Esaú sale a cazar para preparar la comida preferida de su padre, Rebeca viste a Jacob con la ropa de Esaú, cubre sus brazos con piel de cabra para simular a su velludo hermano, prepara un plato similar y envía a Jacob hacia su padre. Jacob recibe la bendición de su padre para tener “el rocío del cielo y lo mejor de la tierra” y para gobernar a su hermano. Cuando Esaú vuelve y el engaño es revelado, todo lo que Isaac puede hacer por su hijo es predecir que vivirá por su espada y que, cuando Jacob descienda, Esaú subirá.
Jacob deja su casa hacia Jarán para escaparse de la ira de Esaú y para encontrar una esposa en la familia del hermano de su madre, Laban. Esaú se casa con una tercera mujer, Majlat, la hija de Ishmael.