Cuando Moisés recibió la orden de Dios de ir a Egipto a liberar a su pueblo para conducirlos a la Tierra Prometida que había jurado a Abraham, Isaac y Jacob, Moisés le preguntó a Dios:
Éx 3:13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
Esta lectura, nos permite entender que el nombre de Dios tuvo que haber sido conocido a los israelitas previamente a la aparición de Moisés, ya que por el hecho de que Moisés les revelara con precisión el nombre del Dios que se le había aparecido, esto daría de por sí credibilidad de su mensaje hacia los israelitas, así, dando a entender que su revelación fue genuina. En respuesta a esta solicitud, Dios responde a Moisés;
Éx 3:14 E-hiye asher E-hiye [Yo soy el que soy, yo fui el que fui, yo seré el que seré]. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: E-hiyé [El que es] me envió a vosotros. 15 Por lo tanto, dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Yehováh el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me mencionará [zejer] por todos los siglos.
La respuesta de Dios revela cuatro enseñanzas [al menos las que para motivos de este estudio me gustaría recalcar]:
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El significado del Nombre de Dios [Ehiyé, el cual significa, El es el que fue, el que es y el que será]
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La pronunciación del nombre de Dios [Yehováh de acuerdo a los manuscritos de la Biblia hebrea más antiguos, en realidad no existe otra vocalización sino Yehovah en todos los documentos encontrados a la fecha]
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El establecer que el nombre de Dios no cambiará, o sea, YHVH es el nombre de Dios para siempre, en un futuro no será reemplazado ni vendrá Dios a cambiar su nombre.
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Que la mención del nombre de Dios debe permanecer para siempre.
La mención del Nombre de Dios como estatuto perpetuo
La definición del nombre de Dios, la pronunciación del nombre de Dios, y la mención perpetua del nombre Yehováh [puntos 1,2,3 y 4] ya han sido abarcados en estudios previos como en el estudio, "Yehováh ¿Eterno u oculto?", Evidencias del Nombre, "El día de la mención del Nombre", entre otros estudios que puede encontrar en la sección del TETRAGRAMA. Pero antes de continuar a la historia del origen y a la evolución de la prohibición de pronunciar el nombre sagrado de Dios, quisiera señalar la frecuencia del uso del nombre de Dios en la Biblia, para con ejemplos bíblicos, demostrar que el nombre de Dios fue pronunciado por el pueblo de Israel y que si vemos la Biblia como el libro de enseñanzas que Dios reveló a sus profetas entonces hoy en día también debe ser pronunciado, versus las interpretaciones contemporáneas que enseñan que el nombre de Dios siempre fue secreto y por lo tanto está prohibido usar el nombre del Dios de Israel.
El uso del Nombre en la Torah
Si continuamos la historia de Moisés, podemos ver que incluso Faraón, un rey pagano, hace mención del nombre de Dios, aunque su uso no fue para glorificarlo ni para honrarlo:
" Y Faraón respondió: ¿Quién es Yehováh, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Yehováh, ni tampoco dejaré ir a Israel" (Éx 5:2).
Este versículo demuestra que Moisés no ocultó el nombre de Dios como la interpretación rabínica señala, por lo contrario, para que Faraón se haya referido al Dios de Israel con su nombre explicito, éste tuvo que haber escuchado su nombre de parte de Moisés, el profeta de Dios.
El relato de la historia continúa con las plagas y la liberación de la esclavitud, luego los israelitas se trasladan de un lugar a otro por ordenes de Dios para recibir las enseñanzas y los mandamientos durante una travesía de 40 años.
En el proceso, los sacerdotes son ordenados a bendecir al pueblo de Israel de la siguiente manera [Núm 6:25]:
Yehováh te bendiga, y te guarde;
25 Yehováh haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
26 Yehováh alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
Esta simple oración describe como el nombre de Dios debía ser públicamente mencionado o pronunciado para que por medio de su nombre el pueblo de Israel obtenga la bendición. [v. 27 y pondrán mi nombre ...para que yo los bendiga]
Del mismo modo, los israelitas fueron ordenados a pronunciar siete veces el nombre de Dios cuando entregaran sus ofrendas y diezmos en el Templo de Jerusalén [Deut 26:5]. Y como regla general, podemos ver que cada vez que Moisés iba al pueblo a comunicar la palabra de Dios [Desde Éxodo a Deuteronomio] Moisés introducía cada frase con el nombre sagrado de Dios, "Yehováh dijo", esto quiere decir que no era un secreto para los israelitas la pronunciación correcta y el uso del nombre sagrado de Dios sino que lo escuchaban y lo mencionaban con mucha frecuencia.
El uso del Nombre en la historia Bíblica
En los relatos bíblicos, desde Josúe en adelante por otro lado, podemos ver que el pueblo hacía juramentos en el nombre Yehováh [2 Reyes 2, 3 y 5: 1 Reyes 22; Jueces 8:19, Rut 3:13]. Esto está en acorde con la Torah ya que aunque los votos en el nombre de Dios son voluntarios, es un mandamiento jurar en el nombre Yehováh cuando se trata de un testimonio o juramento delante de una corte.
Por otro lado, los israelitas acostumbraban a llamar a sus hijos con las iniciales o con el termino del nombre de Dios, como ha sido señalado en el estudio "Simple lección hebrea", en nombres como Yehozadok, Yehonatan, Yehoshua o Yehosafat, etc. Todos estos nombres indican que los israelitas sabían como pronunciar el nombre de Dios, al menos la conjugación entre la letra hebrea "Yod y Hey" haciendo un sonido de "Yeho".
Es más, los israelitas se saludaban en el nombre de Dios como se señala en Rut 2:4,
" Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Yehováh sea con vosotros. Y ellos respondieron: Yehováh te bendiga."
Finalmente me gustaría rescatar, que la oración bíblica hacia el Dios de Israel, de la forma que oraba el antiguo pueblo de Israel, contenía la pronunciación de su nombre como se señala en 1 Reyes 8:28;
28 Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Yehováh Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti; 29 que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar. 30 Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona. 31 Si alguno pecare contra su prójimo, y le tomaren juramento haciéndole jurar, y viniere el juramento delante de tu altar en esta casa; 32 tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia. 33 Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa...
Por supuesto que la pronunciación del nombre de Dios no es una formula mágica para recibir todo lo que uno pida, sino que como señala el contexto del párrafo, debe haber una confesión previa, un acto de humildad y humillación, conversión, esto quiere decir un cambio de conducta y finalmente poner nuestros rostros hacia la ciudad santa, Jerusalén, donde Dios escogió establecer su morada, entonces, Dios aceptaría nuestros clamores y respondería cualquiera sea nuestra súplica.
En sumatoria, el nombre de Dios era de uso común en Israel en tiempos bíblicos, y esto no quiere decir que era menos santo u ordinario, solo quiere decir que los israelitas acostumbraban a usar el nombre de Dios, se bendecían mutuamente pronunciando el nombre de su Dios, hacían tramites legales con el nombre de Dios, imploraban salmos pronunciando el nombre de Dios, oraban en el nombre de Dios, etc. Y esto es porque es una honra mencionar el nombre de Dios, ya que es un mandamiento tener el nombre de Dios como un Memorial / Recordatorio / mención perpetua [ver estudio Yehováh ¿Eterno u Oculto?], por el contrario, la Torah a su vez nos ordena a borrar la mención de los nombres de los dioses falsos. Es decir, el nombre de Dios debe ser pronunciado de acuerdo a la Torah y los nombres de los dioses falsos deben ser borrados de nuestra boca, situación que es exactamente lo contrario a lo que hoy en día se enseña (que el nombre de Dios no se debe pronunciar pero los nombres de los dioses falsos se mencionan a la ligera y con regularidad) [Léase Éx 23:13 ,Éx 17 , Deut 25:17 ,Josué 23:7]
Origen de la prohibición rabínica del Nombre Sagrado
La tradición rabínica contemporánea prohíbe pronunciar el nombre de Dios y aunque muchos grandes interpretes han elaborado un justificativo para esta tradición como la recopilación de Rashi en Ex 3:13, o incluso una interpretación más contemporánea y mística donde se señala la santidad del nombre y por qué ninguna persona común debe pronunciarlo, el inicio de esta aceptada prohibición no nace de la Biblia sino que puede reflejarse en un pasaje del Talmud:
(Rav Najman bar Yitzjak Talmud pesajim 50a:19) dice: El mundo por venir no es como este mundo. En este mundo el nombre de Dios que está escrito con las letras "Yod" y Heh" se lee Adonay, que comienza con las letras "Alef" y "Dalet". El nombre de Dios no se pronuncia de la forma que está escrito, sin embargo, en el mundo que ha de venir, El nombre de Dios será uno, escrito con las letra "Yod"y "Heh" y pronunciado con las letras "Yod y Heh".
Este pasaje se puede entender como un antecedente del mito rabínico que enseña que las vocales del nombre de Dios yEhOvAh son las vocales de Adonay, sin embargo como hemos expuesto evidencia irrefutable en el estudio "Vocales de Adonay", está claro que esto es incorrecto, las vocales de Yehováh no son iguales a las vocales de Adonay en ningún caso como se registra en los manuscritos más antiguos de la Biblia [leningrado y Códice Aleppo].
Por otro lado, este pasaje se puede entender como una interpretación en Zacarías 14:9, donde el interprete asume que está prohibido pronunciar el nombre de Dios y que debe ser reemplazado por el titulo Adonay, [por razones que discutiremos más adelante] pero que un futuro, cuando Dios establezca su reino, su nombre será escrito Yehováh y pronunciado Yehováh.
De todos modos este siguiente pasaje podría entenderse como la verdadera prohibición rabínica de pronunciar el nombre de Dios. Mishnah Sanhedrin 10
שְׁלֹשָׁה מְלָכִים וְאַרְבָּעָה הֶדְיוֹטוֹת אֵין לָהֶם חֵלֶק לָעוֹלָם הַבָּא. שְׁלֹשָׁה מְלָכִים, יָרָבְעָם, אַחְאָב, וּמְנַשֶּׁה. רַבִּי יְהוּדָה אוֹמֵר, מְנַשֶּׁה יֶשׁ לוֹ חֵלֶק לָעוֹלָם הַבָּא, שֶׁנֶּאֱמַר (דברי הימים ב לג) וַיִּתְפַּלֵּל אֵלָיו וַיֵּעָתֶר לוֹ וַיִּשְׁמַע תְּחִנָּתוֹ וַיְשִׁיבֵהוּ יְרוּשָׁלַיִם לְמַלְכוּתוֹ. אָמְרוּ לוֹ, לְמַלְכוּתוֹ הֱשִׁיבוֹ וְלֹא לְחַיֵּי הָעוֹלָם הַבָּא הֱשִׁיבוֹ. אַרְבָּעָה הֶדְיוֹטוֹת, בִּלְעָם, וְדוֹאֵג, וַאֲחִיתֹפֶל, וְגֵחֲזִי
Todo el pueblo judío, incluso los pecadores y aquellos que pueden ser ejecutados con una pena de muerte impuesta por un tribunal, tienen una participación en el Mundo Venidero, como se dice: “Y tu pueblo también será todo justo, heredarán la tierra para siempre; renuevo de mi plantío, obra de mis manos, para que mi nombre sea glorificado ”(Isaías 60:21). Y estas son las excepciones, las personas que no tienen participación en el Mundo Venidero, incluso cuando cumplieron muchas mitzvot [mandamientos]: Uno que dice: No hay resurrección de muertos derivada de la Toráh, y uno que dice: La Toráh no se originó en el cielo, y un epikoros, que trata a los eruditos de la Toráh y a los que enseñan la Toráh con desprecio. .. Abba Shaul dice: También se incluye en las excepciones el que pronuncia el inefable nombre de Dios como está escrito, con sus letras.
Este relato es la primera promulgación rabínica existente que señala la prohibición de pronunciar el nombre de Dios como estaba escrito. En el cual no solo infiere la prohibición de la pronunciación del nombre sino que pone a las personas que pronuncian el nombre de Dios como las más pecadoras, entendiendo que hasta un asesino o un violador [quien recibiría la pena capital] tenía la oportunidad de ser parte del HaOlam Haba [reino de los cielos] pero no así uno que invocaba el nombre de Dios como estaba escrito en la Biblis hebrea en vez de usar sustitutos como promulgaban los rabinos.
Ahora, ¿Cómo o por qué los rabinos prohibieron al pueblo de Dios pronunciar el nombre de Dios si como ya hemos abordado, la Biblia incita y promueve que el nombre de Dios sea pronunciado? ¿La prohibición de usar el nombre de Dios originó con esta promulgación [takanot] rabínica? o ¿Esta tradición tiene un antecedente?
Analizando otros comentarios rabínicos de la Mishná y otros relatos que considero ejemplares del Talmud sobre la pronunciación del Nombre de Dios me parece justo decir que esta prohibición no nació de los rabinos. Pues los rabinos también enseñaron en;
Midrash Tehilim sobre Salmos 91:8
¿Por qué Israel ora en este mundo pero sus oraciones no son respondidas? porque ellos no conocen el nombre explicito de Dios. Sin embargo, en el mundo futuro el Santo, bendito sea, nos informará de su nombre , como está escrito "Por lo tanto Mi pueblo conocerá mi nombre" (Isa 52:6)
Este relato, de hecho, enseña lo anteriormente expuesto en 1 Reyes 8, que la oración correcta conlleva la invocación del Nombre explicito de Dios, en otras palabras, los rabinos admiten o reconocen que uno debe orar pronunciando el nombre de Dios, esto quiere decir que el nombre YHVH debe ser pronunciado, sin embargo el pasaje da a entender que el nombre era desconocido, y aunque hemos visto que en tiempos bíblicos y posteriores el nombre si era conocido y usado con frecuencia, se deduce que para la creación del Midrash (entre el 400 y 1200 DEC) el nombre de Dios ya había comenzado a desaparecer del uso común por las promulgaciones rabínicas y por otras razones que expondremos más adelante.
También en Mishna Berajot 9:4, los rabinos enseñan;
También decretaron que una persona debería saludar a su prójimo en el nombre de Dios, como dice: “Y he aquí que Booz vino de Belén y dijo a los segadores: 'Que YHVH esté con ustedes'. Y ellos le respondieron: 'Que YHVH te bendiga '”(Rut 2 :. Y también dice:“ YHVH esté contigo, valiente guerrero ”(Jueces 6:12).
Del mismo modo, como ya hemos abordado, los rabino enseñaron la forma bíblica de saludar como hemos visto en el libro de Rut, que uno debe saludar a su prójimo con el nombre de su Dios diciendo: "Que Yehováh esté contigo".
Lo que estos dos pasajes enseñan, es que en el periodo de la Mishná [200 DEC y antes] el uso del nombre de Dios era usado por los propios rabinos y fomentado por sus enseñanza, al menos por una mayoría de ellos. El Talmud de Babilonia de hecho relata la trágica muerte de Rav Hanina Ben Teradyon de la siguiente manera;
Talmud, Avodah Zarah 18a:
Los romanos llevaron al rabino Ḥanina ben Teradyon para que lo juzgara, y le dijeron: ¿Por qué ocupabas tu tiempo con la Torah? El rabino Hanina ben Teradyon les dijo, citando un versículo: “Como [Yehováh] el Señor mi Dios me lo ha mandado” (Deuteronomio 4: 5). Inmediatamente lo condenaron a muerte mediante quema, y a su esposa condenaron a ejecución por decapitación, y su hija fue condenada a sentarse en un burdel [kubba shel zonot]. La Guemará explica la razón de por qué Hanina debió haber recibido este castigo: fue condenado a muerte quemado [en un poste enrollado en un rollo de la Torah], por haber pronunciado el inefable nombre de Dios con todas sus letras, es decir, como "está escrito". La Guemará pregunta: ¿Y cómo pudo hacer eso? Pero, ¿no aprendimos en la Mishna (Sanedrín 90a)? Estas son las personas que no tienen participación en el Mundo por Venir: Uno que dice que la Toráh no es del Cielo o que no hay una fuente de la Toráh para la resurrección de los muertos. Abba Shaul dice: También aquel que pronuncia el nombre inefable como está escrito, con todas sus letras, no participa en el Mundo Venidero.
Notese que Rabbi Hanina cita Deut 4, un capítulo donde los israelitas son ordenados a guardar la Torah a los ojos de las naciones y donde se enseña que no deben disminuir ni agregar ninguna letra de la Torah, por esto no temió en pronunciar el nombre de Dios como estaba escrito, lamentablemente fue sentenciado a muerte por haber pronunciado el nombre de Dios como estaba escrito, Yehováh. No obstante, aunque los rabinos usan esta historia para asustar y fomentar su más moderna promulgación [la prohibición de la pronunciación del nombre] este relato revela por defecto dos hechos importantes,
1) que el nombre de Dios era pronunciado, incluso por los propios rabinos como Rav Hanina y un famosos Rabino que se llamaba Yeshúa ha-nazrati [algo que analizaremos en un próximo estudio con la ayuda de Dios] durante el periodo del imperio romano como tambien,
2)que fueron los romanos quienes sentenciaron a muerte a Hanina por enseñar la Torah y citar el Nombre del Dios de Israel, Yehovah.
[nótese que ambos rabinos tenían su base en Galilea]
En base a esto ultimo, aprendemos que fueron los romanos, quienes previamente prohibieron a los judíos, incluyendo a los rabinos, pronunciar el nombre de su Dios, ya que la ocupación romana y sus leyes impuestas a los judíos antecede la a la creación del Talmud y de la Mishna, entre otras prácticas religiosas que los romanos también prohibieron a los judíos.
¿Por qué los rabinos prohibieron al pueblo de Dios pronunciar su nombre?
Es una pregunta que solo se puede inferir en un contexto de persecuciones y cambios que demandaban reformas. Los judíos habían sido expulsados de su tierra natal y no podían determinar la observancia de la Luna, entonces los rabinos desarrollaron un calendario calculado [el calendario de Hillel]. Los romano prohibieron a los judíos dar pena capital como enseña la Torah para el caso de pecados graves como el de un asesino, abusador o quien se revelaba en contra de Dios y de su palabra, entonces los rabinos inventaron reformas para que, sin borrar contenido de la Torah, sea imposible dar pena capital. Del mismo modo, los romanos prohibieron a los judíos pronunciar el nombre de Dios, entonces los rabinos, quienes se autoproclamaron la autoridad religiosa y les fue concedida por su colaboración con el imperio romano, se ajustaban e iban al pueblo a comunicar sus nuevas reformas como se registra en la Mishna. Por su puesto quiero atreverme a decir, que no pensaron que esto sería eterno, seguramente pensaban que el Mesías estaba a la vuelta de la esquina y pronto vendría a derrotar a esos romanos que les prohibía adorar a Yehováh su Dios, pero estos escritos permanecieron y luego se convirtieron en la Ley Oral del pueblo judío.
El origen de la prohibición del Nombre al pueblo de Israel
Como ya ha sido abordado, a pesar de que los rabinos prohibieron a sus discípulos pronunciar el nombre de Dios y hoy en día estas enseñanzas se entienden como una segunda ley de Dios, hemos expuesto por textos rabínicos que fueron los romanos quienes previamente habían prohibido a los judíos pronunciar el nombre de Dios. Ahora ¿Por qué los romanos estarían interesados en interrumpir el culto de los judíos a su Dios? En otras palabras, sabemos que el imperio Romano dominó Judea, entre sus otras provincias, y el beneficio de todo aquello, era recaudar impuestos de todos los habitantes, pero ¿Qué beneficio obtendrían de prohibir a los judíos, ser judíos?
El Helenismo y la fiesta de Janucá
Israel como nación ha sido invadida numerosas veces, la Biblia relata la invasión Siria, Babilónica y Persa, pero la invasión Griega, que eruditos ven reflejada en la visión de Daniel 11 y es registrada en los libros de los Macabeos I y II, fue la que más impacto y afecto la fe del pueblo judío, a través de la helenización.
La helenización como concepto de religión, se puede entender como la conversión forzosa a la religión o el actuar de los griegos. La palabra griega de hecho, Hellenizein, se traduce como “hablar como un griego”. Y por defecto se entiende que la helenización consistía en convertir a las personas en griegas en todos sus ámbitos, tanto en lo cultural, en el lenguaje, en la creencia de sus dioses, la educación, etc. En cuanto a su aspecto político, la helenización fue usada para unir a todas las provincias dominadas por el imperio Griego. La lógica y la estrategia era que si cambiabas a los pueblos su cultura, sus creencias, su lenguaje y toda su historia, entonces ya no tendrían por qué luchar. Para lograr este acuerdo y dominio se produjo un sincretismo entre dioses locales, las divinidades del Antiguo Oriente y el panteón clásico.
Es aquí donde Israel entra en acción, ya que a pesar de que muchos judíos renegaron su fe y adoptaron la religión de los griegos, los fieles al pacto permanecieron en las enseñanzas de la Torah y se revelaron a aceptar los decretos del rey greco sirio Antíoco Epifanes IV, quien les prohibió el estudio de la Torah, la circuncisión, la observancia de las fiestas y el Shabbat, entre otros mandamientos. Finalmente como hemos abordado en el estudio "El milagro de Janucá", los hashmoneos junto al remanente de Judíos prevalecieron y terminaron expulsando a los invasores griegos y celebraron la victoria dedicando el Altar y los artefactos del Templo para restaurar la adoración al Dios verdadero.
Lamentablemente, el sincretismo entre el Helenismo y el judaísmo permaneció, como también la fabulosa estrategia política griega para dominar pueblos bajo un imperio. Y es por esta razón que los romanos vieron provechoso adoptar este régimen para dominar a los judíos, quitándoles su fe, sus fiestas, sus leyes, que no solo traería el juicio divino inmediato que fue estipulado en la Torah por el incumplimiento de ella, sino que sería una forma más provechosa para dominar a los judíos, quienes fervorosamente luchaban por u pacto y derecho a la tierra prometida, la Tierra de Israel.
En cuanto a la prohibición de la pronunciación del nombre de Dios, ya hemos señalado como el Talmud señala cómo los romanos previamente prohibieron a los judíos pronunciar el nombre de Dios, pero de acuerdo a otros registros mpas antiguos, la prohibición también comienza con la helenización, los decretos del imperio Griego.
"Los seleucidos [griegos] decretaron que el nombre de Elohim no deba ser pronunciado en lo público; pero cuando los Hashmoneos crecieron en fuerza y los vencieron , ellos decretaron que el nombre de Dios sea usado incluso en contratos... cuando los rabinos escucharon sobre esto ellos dijeron, ´mañana esta persona pagará su deuda y tirarán el contrato a la basura, entonces prohibieron su uso en los contratos."( Talmud de Babilonia, Rosh Hashannah 18b)
También Shjolion Megillat Ta´anit dice:
Lo griegos hicieron decretos para erradicar a Israel, ordenándoles a negar el reino de los cielos, a declarar que no tienen porción con el Dios de Israel y a no mencionar el nombre celestial en sus labios.
Es así como el origen de la prohibición de pronunciar el nombre de Dios comenzó, los griegos quisieron erradicar al pueblo judío quitándoles su Fe, la Torah y la mención del nombre Santo de Dios, Yehováh. Luego los romanos continuaron la misma estrategia política, y finalmente, algunos rabinos fariseos reforzaron la prohibición romana, ya sea para evitar que judíos mueran por expresar su Fe hacia el Dios de Israel, o bien porque estaban coludidos con las autoridades romanas, la intención detrás solo podemos especular pero al menos los registros relatan cómo fueron los hechos.
Síntesis:
Este estudio no trata sobre si el nombre de Dios deba pronunciarse Yehováh, Jehova, Yahweh, Yahve, Yahuwah, Hasehm, Adonay o Eterno, etc. Aquella pronunciación debe ser analizada en otros estudios que hemos compartido y es un tema personal entre Dios (o d-os)y el individuo. Sin embargo, a través de este simple estudio histórico, queremos señalar y demostrar que incluso los propios rabinos de antaño no se oponían al uso del nombre de Dios como está escrito, usaban, mencionaban y predicaban sin temor el nombre del Dios de Israel, Yehováh.
Además, aprendimos que fueron los gentiles quienes prohibieron al pueblo de Dios pronunciar el Nombre Divino y les obligaron a abandonar su fe, entre otras costumbres, acosta de su vida. Por lo contrario, la Biblia e incluso los rabinos más antiguos, enseñaron e incentivaron al pueblo de Israel a usar el nombre de Dios para saludar a sus prójimos, para orar a Dios con Su Nombre y a que en un futuro, cuando el pueblo de Dios no sea perseguido hasta la muerte por pronunciar y alabar al Dios verdadero, el nombre de Dios, YHVH será restaurado y conocido, y será pronunciado nuevamente como estaba escrito en la Biblia.
En la historia contemporánea solo ha sido el papa Benedictino quien ha prohibido la pronunciación del nombre del Dios de Israel [aunque no el correcto porque no lo sabe, ver referencias], pero pese a sus reformas, Dios nos permite vivir en un tiempo donde no hay persecución más que las presiones sociales y donde libremente podemos invocar el nombre Yehovah o como usted se refiera al Dios de Israel. Sumando a todo esto los descubrimientos proféticos sobre la pronunciación del nombre por Makor Foundation [Véase www.NehemiasWall.com] podemos claramente ver que la restauración del Nombre de Dios como se señala en Zacarías 14 esta tomando su curso en estos días.
Dios siempre tiene el Control
Por último, considerando la importancia del nombre de Dios y el control de Dios sobre toda su creación, uno podría preguntar ¿Si Dios reveló su nombre y pretende que su creación lo invoque, por qué permitiría que su nombre sea borrado, ocultado y blasfemado a tal punto que quede en desuso?
Isaias 52 relata la futura restauración de Tzion y el reino de Israel con eventos como el arrepentimiento, la enseñanza de la Torah a las naciones y un reinado de justicia, entre otras características, y una de ellas es la restauración del nombre de Dios, un día en que el pueblo de Dios y las naciones [isa 56] conocerán el nombre de Dios. Ahora ¿Por qué conocerán en aquel tiempo [futuro] el nombre de Dios si el nombre de Dios se reveló con Moisés y fue usado en tiempos bíblicos? Esto claramente infiere que en un lapso entre la canonización de la Biblia Hebrea [300 AEC - ?]y la futura restauración del pueblo de Israel (hoy), el nombre de Dios tenía que permanecer oculto o caer en desuso para que el nombre de Dios no sea conocido, de manera que la profecía de Isaías 52 se cumpla, de lo contrario no haría sentido que el nombre de Dios se conozca. Dicho de otra manera, estaba en los planes y propósitos de Dios que Su nombre, aunque haya sido por los griegos, romanos o rabinos, caiga en desuso y olvido para que un futuro cuando se restaure, sea una señal de la veracidad de la Biblia, el Dios de Israel y de la la era mesiánica, el cumplimiento de las profecías bíblicas, por su puesto existen otras razones espirituales de por qué Dios ocultaría Su santo nombre por un lapso de tiempo pero al menos esta es una razón plena en el contexto de Isaias 52. En síntesis, Dios permitió y tenía considerado como parte de sus propósitos el desuso de su nombre, aunque esto se haya dado por prohibiciones humanas, pero del mismo modo Dios tenía considerado la futura restauración de su nombre, lo que como ya hemos mencionado en este y otros artículos, es un evento que en nuestro días estamos viendo su cumplimiento profético.