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El problema ético-Parte I

Parece poco ético que Dios niegue el libre albedrío de Faraón y luego lo castigue por sus acciones. Rashi, Nahmanides y Maimónides luchan con este problema, y ​​cada uno asume que incluso Faraón merece ser tratado de manera justa.

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Introducción

La narrativa del éxodo podría decirse que comienza con Éxodo 3:16 cuando Dios informa a Moisés, todavía en el desierto de Madián, que Dios ha escuchado el gemido de Israel, que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que mana leche y miel . Como preludio del evento, Dios le dice a Moisés (Éxodo 3:19, 20):

וַאֲנִ֣י יָדַ֔עְתִּי כִּ֠י לֹֽא-יִתֵּ֥ן אֶתְכֶ֛ם מֶ֥לֶךְ מִצְרַ֖יִם לַהֲלֹ֑ךְ וְלֹ֖א בְּיָ֥ד חֲזָקָֽה: וְשָׁלַחְתִּ֤י אֶת-יָדִי֙ וְהִכֵּיתִ֣י אֶת-מִצְרַ֔יִם בְּכֹל֙ נִפְלְאֹתַ֔י אֲשֶׁ֥ר אֶֽעֱשֶׂ֖ה בְּקִרְבּ֑וֹ וְאַחֲרֵי-כֵ֖ן יְשַׁלַּ֥ח אֶתְכֶֽם

Sin embargo, sé que el rey de Egipto no te dejará ir sin una mano fuerte.   Entonces extenderé Mi mano y heriré a Egipto con varias maravillas que haré sobre ellos; después de eso te dejará ir.

Esta advertencia, en parte, parece bastante razonable y fácil de adivinar, ¿Por qué un poderoso rey dejaría ir a sus esclavos y sirvientes porque un simple fugitivo hebreo-egipcio lo demanda? La única forma posible sería con "una mano poderosa", o mejor dicho, con una ayuda divina. Pero la función de las plagas se vuelve problemática en el capítulo siguiente, cuando Dios añade una nueva explicación para ellas (Ex 4,21):

וַיֹּ֣אמֶר יְ-אֶל-מֹשֶׁה֒ בְּלֶכְתְּךָ֙ לָשׁ֣וּב הֹוָה֘ מִצְרַ֔יְמָה רְאֵ֗ה כָּל-הַמֹּֽפְתִים֙ אֲשֶׁר-שַׂ֣מְתִּי בְיָדֶ֔ךָ וַעֲשִׂיתָ֖ם לִפְנֵ֣י פַרְעֹ֑ה וַאֲנִי֙ אֲחַזֵּ֣ק אֶת-לִבּ֔וֹ וְלֹ֥א יְשַׁלַּ֖ח אֶת-הָעָֽם:

Y Yehovah le dijo a Moisés: Cuando regreses a Egipto, observa que realices ante Faraón todas las maravillas que he puesto a tu alcance. Yo, sin embargo, endureceré su corazón,   para que  no deje ir a la gente.

Este pasaje ya parece más divino, puesto que la explicación no parece un simple análisis razonable como el anterior, sino más bien, introduce a un Dios que conoce  el  corazón y las decisiones futuras de un individuo, infiriendo que  éste conoce lo más intimo de las personas, pero el problema  con este pasaje es que no solo vemos que Dios puede conocer el corazón y razonamiento humano, sino que Dios también puede manipular su corazón (por consiguiente, sus decisiones) y peor aún, lo castiga más adelante; Entonces, ¿Cómo explicamos el problema ético de que Dios castiga a un hombre a tal punto de quitarle la vida, cuando [supuestamente] Dios mismo fue  el que endureció su corazón?

Principios Bíblicos

La mayoría de los lectores están familiarizados con el problema: ¿Cómo es justo por parte de Dios endurecer el corazón de Faraón contra las plagas y luego castigar a Faraón por su obstinación? Pero permítanme desarrollar esto un poco más. En aras de este análisis filosófico, el lector debe "aceptar" tres principios bíblicos establecidos y consistentes a lo largo de la Biblia para entender por qué es este pasaje un problema [Ex 4:21]. 

1) ​​Igualdad de todos los seres humanos - La Biblia enseña que todos los seres humanos son creados a imagen de Dios (aun cuando algunas tradiciones posteriores pueden subvertir esa afirmación) con el libre albedrío, y por lo tanto, todos tienen la capacidad de arrepentirse de sus pecados. En otras palabras, no existe distinción ontológica entre israelita y no israelita en la narración bíblica.[Gén 1:26,  Gén 2:17 (el mandamiento de no comer el fruto prohibido infiere que el hombre ya tenía libre albedrío, por lo tanto, éste fue creado con la libertad de escoger, al momento de comer el fruto del conocimiento del bien y del mal el hombre pudo razonar o entender mejor  sus decisiones), Éx 12:49, Lev 24:22].

2) La lectura integral - La Biblia debe leerse en conjunto como un mensaje consistente y sin contradicciones, dado que el autor divino de la Biblia es un Dios que no es hombre para arrepentirse, cambiar ni mentir; por lo tanto, no puede tener cambios, mentiras o contradicciones en sus propios relatos. [Num 23:19, Salmos 19:7-14]

3) Lectura ahistórica o eterna - Aunque la forma correcta de interpretar la Biblia es en "su contexto histórico", la Biblia debe ser entendida y es aplicable por todas las generaciones. Si tuviéramos que ver la Biblia solo como un documento literario, limitado en su alcance histórico y cultural, el "problema" de endurecer el corazón de Faraón podría ser "nuestro" problema (es decir, el del lector moderno) pero no el de la Biblia. Como escribe Umberto Casutto ( Comentario sobre Éxodo , 56). 

 


Este último principio es el que a menudo muchos argumentan como diciendo: en ese entonces Dios endureció su corazón, pero fue algo para ese momento, por lo que no es la realidad de  hoy.  El gran problema de este argumento es que terminamos con un Dios cambiante, que se arrepiente de sus propios principios, contradictorio e imperfecto. Por consiguiente, el mensaje de la Biblia debe ser  consistente.


Estableciendo que Dios trata a cada ser humano con derechos iguales, donde cada hombre está sujeto a sus consecuencias conforme a su libre albedrío, donde el mensaje de Dios es consistente y perfecto, y en donde no hay contradicciones, pues el mensaje debe ser aplicable por todas las generaciones, debemos claramente entender que decir "mientras yo endureceré el corazón de Faraón para que no deje ir  a la gente" es un gran problema ético y contradictorio a los principios de Dios.

Rashi : Dios le da una oportunidad a Faraón (Éx 7:3)

ואני אקשה - מאחר שהרשיע והתריס כנגדי, וגלוי לפני שאין נחת רוח באומות עובדי עבודה זרה לתת לב שלם לשוב, טוב לי שיתקשה לבו למען הרבות בו אותותי ותכירו אתם את גבורותי.
וכן מדתו של הקדוש ברוך הוא מביא פורענות על האומות עובדי עבודה זרה כדי שישמעו ישראל וייראו. שנאמר: הִכְרַ֣תִּי גוֹיִ֗ם נָשַׁ֙מּוּ֙ פִּנּוֹתָ֔ם הֶחֱרַ֥בְתִּי חֽוּצוֹתָ֖ם מִבְּלִ֣י עוֹבֵ֑ר נִצְדּ֧וּ עָרֵיהֶ֛ם מִבְּלִי-אִ֖ישׁ מֵאֵ֥ין יוֹשֵֽׁב: אָמַ֜רְתִּי אַךְ-תִּירְאִ֤י אוֹתִי֙ תִּקְחִ֣י מוּסָ֔ר וְלֹֽא-יִכָּרֵ֣ת מְעוֹנָ֔הּ כֹּ֥ל אֲשֶׁר-פָּקַ֖דְתִּי עָלֶ֑יהָ אָכֵן֙ הִשְׁכִּ֣ימוּ הִשְׁחִ֔יתוּ כֹּ֖ל עֲלִילוֹתָֽם:
ואף על פי כן בחמש מכות הראשונות לא נאמר ויחזק ה 'את לב פרעה, אלא ויחזק לב פרעה

“Y me pondré rígido” - Después de que Faraón actuó malvadamente hacia Mí, y fue claro para Mí que las naciones idólatras (' umot ) no tienen la sensibilidad ( nahat ruah ) para arrepentirse de todo corazón. Por lo tanto, es bueno y justo ( tov ) que Dios endurezca su corazón para multiplicar Sus milagros para que puedan reconocer Su poder.
Este es el camino de Dios ( midato shel Ha-Kadosh Barukh Hu ). Él trae calamidad sobre las naciones para que Israel lo escuche y le tema. Como dice (Sofonías 3: 6-7), “arrasé con las naciones: sus torres de las esquinas están desoladas. Convertí sus calles en ruinas, sin que ninguno pasara; Sus pueblos yacen sin gente, sin habitantes. Y pensé que me tendría miedo, aprendería una lección y que el castigo que les impuse no se perdería en ella. En cambio, tanto más ansiosamente han practicado la corrupción en todos sus actos ".
Aun así, en las primeras cinco plagas, no dice "y Dios endureció el corazón de Faraón", sino más bien, "el corazón de Faraón se puso rígido [endureció]".

El comentario de Rashi se compone de tres partes:

  1. Una observación sobre por qué Dios endurecería el corazón del faraón (la propia lectura de Rashi).

  2. Prueba de que esto encaja con el trato de Dios a los gentiles en general (Talmud).

  3. Una observación de que Dios esperó hasta la sexta plaga para hacer esto ( Midrash Tanchuma ).


El comentario de Rashi intenta resolver la dureza y poca ética con la que Dios actuó hacia Faraón, pero de hecho es contradictoria a los tres principios bíblicos establecido puesto que: 1) considera a los gentiles inferiores, 2) dice que Dios quita el libre albedrío de las naciones insinuando que como gentiles no son capaces de arrepentirse o razonar y; 3) aunque Dios le dio libertad en las primero cinco plagas, de todos modos se la quita no dándole la oportunidad de arrepentimiento.

Nahmanides: Asegurarse de que Faraón sea suficientemente castigado

ואני אחזק את לבו, ואל תתיאש אתה מלעשותם בעבור כן, ועוד תזהיר אותו במכה האחרונה אשר בה ישלחם

Nahmanides en Éx 4:21

“Y endureceré su corazón” - Moisés, no te detengas de hacer exactamente lo que digo debido a esto (= mi endurecimiento de su corazón). Además, recuerde advertir a Faraón sobre la última plaga (el asesinato del primogénito), la plaga que eventualmente lo liberará.

Nahmanides profundiza su comentario en la noción del castigo cruel e inusual en su glosa sobre Exod. 7: 3:

והנה פירשו בשאלה אשר ישאלו הכל, אם השם הקשה את לבו מה פשעו, ויש בו שני טעמים ושניהם אמת.

החדחדפההההההההההההההההההההההההההההההההה
(no disponible)

והטעם השני, כי היו חצי המכות עליו בפשעו, כי לא נאמר בהן רק ויחזק לב פרעה (להלן פסוק יג, כב, ח טו), ויכבד פ), ויכבד פ). הנה לא רצה לשלחם לכבוד השם, אבל כאשר גברו המכות עליו ונלאה לסבול אותם, רך לבו והיה נמלך לשלחם מכובד המכות, לא לעשות רצון בוראו. ואז הקשה השם את רוחו ואמץ את לבבו למען ספר שמו

Contestaré la pregunta que todos los que leen esta narrativa quieren hacer; "Si Dios endurece el corazón de Faraón, ¿cuál es su pecado?" Hay dos razones que son ciertas.

La primera razón es que Faraón, en su maldad, cometió actos de maldad injustificados contra Israel. Como resultado, su habilidad para arrepentirse fue eliminada. Hay muchos versículos en las Escrituras que sugieren que uno puede ser juzgado por las acciones anteriores de uno ( ma'asav ha-rishonim ) [ justificando la eliminación del arrepentimiento que aliviaría o suavizaría el castigo por esas acciones anteriores - SM].

La segunda razón es que su pecado fue su falta de voluntad para liberar a Israel, lo que resultó en las primeras cinco plagas, donde solo dice: "El corazón de Faraón se puso rígido" o "El corazón de Faraón se endureció". Esto exhibe que él no quería liberar a Israel para honrar a Dios. Sin embargo, cuando las plagas se intensificaron y él comenzó a sufrirlas, su corazón se suavizó y no solía liberarlas debido a las plagas y no en reconocimiento de la voluntad divina. En ese momento, Dios endureció su espíritu y fortaleció su corazón para dar a conocer su nombre ...

La primera razón de Nahminades es que Faraón ya había cometido pecados hacia el pueblo de Israel (como esclavizarlos), razón por lo cual Dios le quitó el libre albedrío como consecuencia de  su pecado.

La segunda razón explica, al igual que Rashi, que Faraón endureció por su propia cuenta su corazón en las cinco primeras plagas, y cuando su corazón se comenzaba a debilitar, Dios lo endureció para mostrar sus prodigios, a fin de llevar a cabo sus propósitos, pero este acto de Dios fue justificado ya que Faraón había actuado mal con alevosía.
 
Ambos comentarios sin duda contienen mucha sabiduría y distintas perspectivas que no podemos simplemente ignorar o descartar, pero debemos ser consistentes con la ética bíblica y principios que Dios mismo establece. Y estas explicaciones siguen siendo contradictorias al mensaje de la Biblia como por ejemplo:
 
Ezequiel 18: 21 Mas el impío [Faraón], si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá.
22 Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá.
23 ¿Quiero yo la muerte del impío [Faraón]? dice Yehováh el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?
24 Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá.

Este pasaje bíblico enseña que Dios no quiere que el impío muera y que está dispuesto y expectante a su arrepentimiento, por lo tanto, la explicación de Nahmanides no es consistente con lo que la Biblia enseña.

Maimónides: conciencia de la pérdida del libre albedrío y la incapacidad de rectificarlo

En Mishneh Torá (Leyes del arrepentimiento 6: 2), Maimónides aclara muy convincentemente el libre albedrío como fundamento del arrepentimiento:

 כשם שהאדם חוטא מדעתו   וברצונו כך הוא עושה תשובה מדעתו וברצונו.

... Así como uno peca voluntariamente y con conocimiento, uno debe arrepentirse voluntariamente y con conocimiento.

Maimónades establece que el libre albedrío es necesario para la relación pecado-arrepentimiento, pero que ésta tiene limites según  Las leyes de arrepentimiento 6:2:

כולן חטאו מעצמן וכולן נתחייבו למנוע מהן התשובה

Todos pecaron voluntariamente y merecen que se les impida arrepentirse.

En sus ocho capítulos, Maimónides hace un argumento similar. Aquí, él es más demostrativo y rechaza explícitamente la noción de que Dios castigó a Faraón por no liberar a Israel en las primeras cinco plagas.

Entonces [según esta suposición] Dios solicitó que [Faraón] los liberara, aunque se vio obligado a no liberarlos. Entonces Dios lo castigó y lo destruyó a él y a sus seguidores por no liberarlos. Esto habría sido una injusticia y contrario a todo lo que hemos expuesto anteriormente ("Ocho capítulos", 90).

​Es decir, la pérdida del libre albedrío es solo un castigo resultante del libre albedrío (es decir, la elección continua de actuar malvadamente) y funciona dentro y fuera del pacto de Dios con Israel.

Estos tres grandes comentaristas rabínicos  están de acuerdo en que Dios no endureció el corazón de Faraón de  la nada, sino que éste ya era malvado y más endureció su corazón por su cuenta en las cinco primeras plagas; finalmente, aunque con algunas diferencias, Dios comenzó a endurecer su corazón como consecuencia de su maldad, infiriendo que no fue un problema ético de parte de Dios, sino que él ya lo merecía. 

¿Puede Dios alterar el libre albedrío del hombre?

Todo este análisis lleva a la gran pregunta o tema ético de que si Dios puede alterar o manipular el corazón humano quitándole su libertad de escoger o actuar para finalmente castigarlo y quitarle la vida. Rashi, Nahmanides y Maimónades creen que sí, pero que en parte sí tuvo una oportunidad, o más bien, que se lo merecía. Aunque sus argumentos pueden resolver un poco el problema ético, lamentablemente sus perspectivas no son consistentes con numerosos pasajes bíblicos [algunos de ellos] mencionados. Para concluir con éste estudio continuaremos con un análisis de contexto escrito y cultural en  El Problema ético Parte II.

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