Introducción
En la Torah existen varias leyes o instrucciones referentes a la esclavitud, por ejemplo, el cómo deben ser tratados, la prohibición de vender personas o tráfico de esclavos, sus derechos y el periodo permitido para ser esclavizados. La sumatoria de todas estas instrucciones nos lleva a la pregunta, o casi inferencia, de si Dios permite la esclavitud o está a favor de ella. Sin embargo, Yehovah a través de su palabra muestra un fuerte rechazo a la esclavitud y opresión de las personas ¿Cómo entonces se debe entender esta controversia? Dios rechaza la esclavitud pero establece leyes para la esclavitud. Aparentemente esto no suena consistente, pero un estudio contextual nos permitirá entender el propósito de estas leyes y el favor de Dios frente a la igualdad de hombres, la libertad y la vida.
Esclavitud de Egipto, Faraón
ב אָנֹכִי יְהוָה אֱלֹהֶיךָ, אֲשֶׁר הוֹצֵאתִיךָ מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם מִבֵּית עֲבָדִים: לֹא-יִהְיֶה לְךָ אֱלֹהִים אֲחֵרִים, עַל-פָּנָי
Éxodo 20:1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
2 Yo soy Yehováh tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de esclavitud.
El Primer concepto - o mandamiento, como se suelen denominar- de "Las diez Palabras" de Dios, que fueron escuchadas en el Monte Sinaí, fue "Yo soy Yehovah tu Dios, quien te sacó de Egipto de la esclavitud", seguido por "no tendrás dioses ajenos delante de mí, ni te harás imágenes, etc. Teniendo esto en mente, podemos ver notoriamente cómo Dios establece y trae constantemente -como se ve en otros pasajes bíblicos- un recordatorio de que Él liberó al pueblo hebreo de la esclavitud que sufrían en Egipto, lo que se puede entender, a su vez, como la base de todas las narrativas siguientes, de que Dios no está a favor de la esclavitud y de que fue conmovido a actuar a favor del pueblo hebreo por sus gemidos y clamor cuando eran oprimidos, según el relato de Éxodo 2 y 3.
Esclavitud de Babilonia, Nimrod
ח וְכוּשׁ, יָלַד אֶת-נִמְרֹד; הוּא הֵחֵל, לִהְיוֹת גִּבֹּר בָּאָרֶץ
ט הוּא-הָיָה גִבֹּר-צַיִד, לִפְנֵי יְהוָה; עַל-כֵּן, יֵאָמַר, כְּנִמְרֹד גִּבּוֹר צַיִד, לִפְנֵי יְהוָה
Génesis 10:8 Y Cus engendró a Nimrod, que llegó a ser poderoso en la tierra. 9 Él fue un poderoso cazador (en contra o en la cara) de Yehovah; por tanto se dice: Como Nimrod, poderoso cazador en contra de Yehovah. 10Y el comienzo de su reino fue Babel (confusión)
De acuerdo a la comprensión de muchos académicos e interpretes tradicionales judíos sobre Génesis 10:8, ser un cazador "panav" (lit. en el rostro) de Yehovah significa que Nimrod, cuyo nombre significa "Rebelde" cazaba o perseguía a los posibles servidores de Yehovah. Quizás aquellos que mantenían recuerdo de las historias primitivas que vemos en la Biblia o el pacto Noájido desde que estos salieron del arca, como la promesa de no consumir la sangre y no derramar la sangre del prójimo.
Como es conocido en la historia Babilónica, Nimrod, aunque con el nombre Šarru-kîn o Sargon, fue el primer emperador de Mesopotamia, siendo éste el lugar donde se concentraba toda la población humana en un principio de la historia con un solo lenguaje. Luego este personaje se convirtió en un dios de la misma forma en que los antiguas monarquías reclamaban divinidad para mantener su poder. Algunos van más allá de esta información para inferir que cazaba o esclavizaba a los que buscaban o adoraban a Yehovah (a esto se refiere cazador contra Yehovah) forzándolos a construir la famosa torre de Babel como su monumento para igualarse a Dios. Si bien la historia es ambigua y no veo base para decir que cazaba hombres, especialmente "servidores de YHVH" pero lo que sí se puede inferir con las frases, "rebelde", " cazador panav Yehováh" , "fundador de Babel (confusión)" y de ser el primer emperador que se asume haber usado la fuerza para conseguir tal ambición. Nimrod fue quizás el primer ser humano, al menos desde la historia post-diluvia en usar la esclavitud u opresión de la raza humana. De todos modos, lo que podemos ver es que Dios se opuso grandemente a lo que sea que estaba haciendo Nimrod, confundiendo sus lenguas y esparciendo a los hombres cada uno por sus tierras.
Es imposible ignorar que esta historia está relacionada a la esclavitud humana y Dios parece irresistible a interferir en la historia humana para no permitir que esto, la esclavitud, se difunda.
Esclavitud antes del Diluvio, Noé
א וַיְהִי כִּי-הֵחֵל הָאָדָם, לָרֹב עַל-פְּנֵי הָאֲדָמָה; וּבָנוֹת, יֻלְּדוּ לָהֶם
ב וַיִּרְאוּ בְנֵי-הָאֱלֹהִים אֶת-בְּנוֹת הָאָדָם, כִּי טֹבֹת הֵנָּה; וַיִּקְחוּ לָהֶם נָשִׁים, מִכֹּל אֲשֶׁר בָּחָרוּ
ג וַיֹּאמֶר יְהוָה, לֹא-יָדוֹן רוּחִי בָאָדָם לְעֹלָם
Génesi 6:1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 que viendo los hijos de Dios [los jueces u hombres poderosos] que las hijas de los hombres [comunes] eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3 Y dijo Yehováh: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre,
Radak, Rabeinu Channel, Ibn Ezra, Rabeinu Bahya, y Rashi en sus comentarios sobre Génesis 6:2 interpretan que "los hijos de Dios" se refiere a los hombres poderosos, jueces, o reyes en aquel entonces (como lo fue Nimrod más adelante o Faraón) que tomaban las mujeres que ellos deseaban, incluso mujeres casadas o doncellas de sus familias, para formar su elite de familias poderosas o solo por el placer de tomar lo que deseaban. [Tenemos un estudio sobre este porción bíblica en Parashat Noaj (ver Los Ángeles Caídos) donde compartimos algunos de estos comentarios rabínicos en oposición a las creencias místicas del periodo del Segundo Templo sobre guerras celestiales y demonios caídos].
La conclusión de esa historia es que el pleno entendimiento de Génesis 6:2, aunque difícil de comprender a simple vista, es que se formó una especie de élite de hombres poderosos en la tierra que subyugaron a los más indefensos a través de la violencia, especialmente el abuso y esclavitud de la mujer. Fueron estos eventos los que causaron la gran destrucción de todo ser viviente con el diluvio. En otras palabras, Dios destruyó a todo ser viviente (a excepción de los que estaban en el arca) pues la maldad se transformó en la naturaleza continua del ser humano (según v. 5), pero todo esto comenzó por la esclavitud humana, especialmente el abuso de las mujeres (según el v. 2)
En sumatoria, la Biblia presenta tres eventos o escenarios en donde Dios directamente interfiere en la historia de la vida humana: Esclavitud en tiempos de Noé, Esclavitud en tiempos de Nimrod y Esclavitud en Egipto. En cada una de ellas se pueden ver tres aristas: hombres poderosos que quieren ser dioses, para ello esclavizan a los más inferiores (la mayoría de los casos a los que servían a Yehovah), más Dios interfiere de formas milagrosas para erradicar la esclavitud y presentarse como un Dios que apoya la libertad, la esperanza y la vida.
Por lo tanto, si solo tuviéramos esta perspectiva y base en la Torah es inconcebible pensar que Dios está a favor de la esclavitud. Destruyó casi completamente su creación, confundió a los hombres de Babilonia y destruyó lo que habían construido, y revolucionó y destruyó toda la tierra de Egipto para poner fin a la esclavitud.
La controversia comienza cuando después de liberar a su pueblo Israel le da instrucciones concernientes a la esclavitud.
Leyes de esclavitud
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Los esclavos deben ser liberados en el año de Shmitah (séptimo año) y "su deuda quedara saldada". (Éx 21:1)
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Los esclavos no deben reproducirse para generar tráfico de esclavos. (Éx 21:2-3)
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Si no se obedece a lo anterior el esclavo se quedará con su familia hasta el año de jubileo y recibirá una marca para entenderse que no está siendo sobre explotado sino que se trata de un caso particular. (Éx 21:4-6)
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Si alguien vende a su hija como esclava, será para que contraiga matrimonio, si no se cumple con sus deberes maritales, saldrá libre. (Éx 21:7-11)
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No se debe secuestrar personas para esclavizarlos, la penalidad de esta infracción es la pena capital (Éx 21:16)
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Si alguien castiga a su esclavo (por tener motivos) él también será castigado si le causa la muerte (Éx 21:20)
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Si alguien daña la integridad física de su esclavo debe compensarlo y darle la libertad. (Éx 21:27,28)
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Si el esclavo sufre un accidente haciendo sus labores será compensado por el amo. (Éx 21:32)
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No oprimir (esclavizar) a los extranjeros. (Éx 23:9)
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Dar libertad a todo ser humano en el año jubileo. (Lev 25:10)
Pese a que algunas leyes parecen erradicar ciertos aspectos de la "esclavitud", que confirmaría lo que ha sido previamente establecido, que Dios está completamente en contra de la esclavitud en todos sus contextos y sus tres interferencias en la vida humana han sido para erradicar dicha práctica, otras leyes en la Torah parecen aceptar la esclavitud provocando un escenario complejo para entender una uniformidad de la Torah. Por ejemplo, podemos ver que en cierta forma la esclavitud está permitida pero en ciertos casos pareciera que no, y en otros caso más complejos parece que Dios quiere transformar la vida del esclavo común a la de un siervo o trabajador con derechos, a continuación podemos ver algunos detalles:
Esclavos se transforman en trabajadores con derechos humanos:
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El esclavo accidentado en sus labores es recompensado por su dueño o el jefe.
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Si el esclavo es herido o golpeado por su amo, saldrá libre y será indemnizado en ciertos casos.
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El esclavo saldrá libre (o sea, no es propiedad de nadie y no está sujeto a su amo, sino que solo está sujeto a una cantidad de años de servicio como un trabajador de la actualidad)
Estas instrucciones de esclavitud en Éxodo 21 son completamente revolucionarias en su contexto histórico, pues en un tiempo de esclavitud, poderío monárquico y ausencia de un cuerpo defensor de los derechos humanos, la Torah parece querer tomar esos esclavos y transformarlos en trabajadores con derechos humanos.
La Torah parece querer erradicar la esclavitud
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La Torah prohíbe al esclavo tomar una mujer que le ofrezca su amo. Este mandamiento no puede ser entendido sin previamente conocer el contexto histórico de las antiguas civilizaciones y la esclavitud, ya que era una práctica común el comprar una pareja de esclavos (hombre y mujer) para que se reproduzcan y sus hijos sean vendidos como esclavos. En otras palabras, eran tratados como animales de reproducción. Si es que lamentablemente accedían a hacer esto el esclavo debía hacer un juramento ante los jueces para que se entienda que él no pretende ser parte de esta comercialización y tráfico de esclavos, sino que ha formado una familia bajo el servicio de su amo, por otra parte, el amo por haberle ofrecido una mujer esclava debe alimentarlos hasta el año jubileo. En sumatoria, Dios parece querer cortar todas las posibilidades de que la esclavitud se propague.
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La Torah prohíbe el rapto y la venta de personas. Este versículo claramente se refiere a la venta de esclavos y la penalidad de esta práctica es la pena capital. Por lo tanto, claramente Dios no quiere se comercialicen esclavos.
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Dios prohíbe oprimir a los extranjeros, en relación a la opresión de los hebreos en Egipto se entiende que Dios no quiere que esclavicen a los extranjeros, ya que obviamente no iban a esclavizar sus propios compatriotas.
Leyes confusas que parecen aprobar la esclavitud
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La venta de una hija como esclava parece aprobar, o al menos aceptar, que alguien pueda vender a su hija si quiere o lo necesita. Pero las instrucciones respectivas revelan que si esto llega a ocurrir será para que contraiga matrimonio, y si esto no se cumple ella puede salir libre y no ser tratada como una esclava. O sea, la historia parte como una mujer vendida como esclava, pero Dios parece redirigir el propósito de su venta para que ésta se integre a su familia y no sea una esclava, la infracción o incapacidad de cumplir con esta ordenanza concluye con la liberación de esta mujer, lo que indica que sería tratada como una mujer libre. Esta Instrucción aparenta querer finalizar con una práctica antigua de tomar una segunda esposa pero en estado de esclavitud (solo para el placer del amo). Recomendamos leer el código de Hamurabbi sobre la venta de hijas como Kedesha o segundas mujeres para comprender la naturaleza de estas costumbres en el Antiguo medio oriente.
¿Cuál es la voluntad perfecta de Dios?
Resumiendo todo lo anterior, todos los versículos referentes a la esclavitud a primera vista aparentan que Dios permite la esclavitud y que no tiene problema con ella, de modo que solo establece una que otra ley para moderarlos. Pero un estudio detenido y contextual nos permite ver que Dios impartió las leyes de esclavitud no para moderar ni para disminuir, sino para erradicar por completo la esclavitud.
Para comprender el sentido y objetivo de estas instrucciones el lector debe comprender el significado de la palabra "si" de toda esta porción bíblica de Mishpatim, por ejemplo:
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Si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera...
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Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo, y muriere bajo su mano, será castigado;
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Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada...
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Si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida...
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Si alguno hiriere el ojo de su siervo...
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Si fuere hallado con el hurto en la mano, vivo...
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Si alguno hiciere pastar en campo o viña, y metiere su bestia en campo de otro...
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Si alguno engañare a una doncella que no fuere desposada...
Cuando tenemos a la vista el "si" condicional que antecede a todas instrucciones, el contexto de toda esta lectura se entiende como una segunda opción o "un plan B" para corregir la primera transgresión, y no como las instrucciones ideales que el hombre debe guardar en la perfecta voluntad de Dios.
Analizando concretamente, en la Torah Dios prohíbe el robo, éste es el mandamiento principal, "no robarás", pero como segunda opción, "si" es que alguien llegó a tomar algo que no le pertenecía, tiene la posibilidad de corregir su pecado con la restitución o pago de lo que se haya robado. Evidentemente debe entenderse que Dios no quiere que el ser humano ande restituyendo, lo que Dios quería en un principio es que no se robe, pero establece la segunda opción solo en caso de se transgreda la primera. De la misma forma, como mandamiento principal, Dios manda a su pueblo a no cometer asesinato, sin embargo, como segunda opción en la porción de Mishpatim, Dios establece sus consecuencias determinando la pena capital, pero al igual que en caso anterior, Dios hubiese deseado que la primera persona no llegase a cometer asesinato en primer lugar, ya que Dios no desea la muerte del justo ni del impío (Ez 18:1). Asimismo, Dios prohíbe la esclavitud como su objetivo principal, pero como segunda opción, es decir si es que ya se infringió lo primero, las leyes de esclavitud son para poder corregir estas acciones, y es por eso que las instrucciones concernientes a la esclavitud tienden a elevar los derechos de ellos transformándolos en personas subyugadas a sus amos pero con derechos humanos como cualquier trabajador contemporáneo.
En conclusión, lo que Dios desea como su plan y voluntad perfecta para la humanidad es que nadie adultere, nadie asesine, nadie robe, nadie esclavice personas, etc. pero Dios conociendo nuestra naturaleza establece estas segundas opciones o consecuencias para corregir nuestras acciones.
¿Por qué continuar con la esclavitud?
Una oportunidad de corregir errores
La última pregunta que nos surge es que si Dios prohíbe y aborrece la esclavitud ¿Por qué no le da un fin absoluto? O sea, si Él no quiere esclavitud ¿Por qué no dar penalidad de muerte a toda persona que tenga en su posesión a un esclavo o bien forzar a todos a dejar a las personas esclavas libres?
La Torah de hecho expresamente prohíbe el rapto, producción y comercialización de personas, por lo tanto, la Torah de hecho sí pone fin a cualquier vía para subyugar personas, no obstante, los motivos para esclavizar a una persona de acuerdo a la Torah son otros.
Como ha sido propuesto por algunos comentaristas judíos, el tomar un esclavo en la sociedad de los antiguos israelitas ¡se volvió un acto de gran justicia! La tradición judía entiende que existen dos razones para que una persona se vuelva esclavo en la historia de Israel:
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Cuando la persona empobrece y se vende como esclavo (o sea acude a alguien para que lo tome como un jornalero). La Torah de hecho expresamente dice que no lo trate ni tome como esclavo sino como a un jornalero la cual debe ayudar, ni cobrar usura y cuando éste se vaya debe ser despedido con obsequios. Por lo tanto, comprar a un esclavo que se ofrece voluntariamente porque había empobrecido era un acto de justicia, una forma de ayudar al prójimo, y al final éste no iba a ser tratado en lo absoluto como un esclavo, sino como un jornalero o un simple amigo que pide sustento o un lugar para quedarse a cambio de hacer algunas labores en la casa.
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La segunda razón para que alguien sea esclavizado es similar pero por un motivo especifico: pagar lo que debe. La misma porción de Mishpatim enseña que si alguien roba un animal, o alguna posesión o daña ciertos objetos que tomó prestados debe restituir, a veces pagando hasta cinco veces sus valor. Esta persona que fue juzgada por los jueces y sentenciada a restituir el valor conforme a lo que haya tomado indebidamente, si no tiene los medios para pagar tiene que trabajar para ello. Por lo tanto, de la misma forma en que un prójimo se ofrece para ser un sirviente o jornalero cuando empobrece y uno tiene el deber de ayudar en lo posible. Aquí el ladrón también empobrecido debe terminar de saldar su deuda y la persona que lo compraba pagaba por su deuda a cambio de que el esclavo (ladrón) le sirva hasta el año de remisión. De esta forma, el que compraba un esclavo no estaba realmente comprando esclavos en el contexto o mentalidad del mundo occidental para masacrarlos o abusar de la raza humana, sino que de una práctica que ya era común, tales enseñanzas estaba permitiendo al ladrón corregir y remendar sus faltas para que se puede reintegrarse en la sociedad. A eso se refiere el versículo fundamental de la esclavitud: "te servirá hasta el año de remisión y será libre, se irá sin deber nada" (Éxodo 21:1) Lo que indica el pasaje es que el esclavo solo puede ser esclavo como medio de remendar y restituir por lo que robó o dañó o causó, pero aun así Dios les otorga derechos a fin de que no sean tratados como tal.
El objetivo de la Torah
A diferencia de la esclavitud que se infiere en los tiempos de Noé o en el tiempo del reinado de Nimrod, la Enseñanza de Dios revelada a los israelitas no pretende poner fin a la esclavitud con una gran masacre, aunque el pueblo de Israel si experimentó posteriormente un exilio y grandes juicios por esclavizar personas por consecuencia de su transgresión. Pero la Torah, de acuerdo a estas enseñanzas, pretende tomar el pecado del hombre, su naturaleza humana y corrupción y transformar sus acciones en obras justas conforme al estándar y voluntad de Dios para el hombre. Es decir, de acuerdo a estas instrucciones podemos ver que Dios es consciente de que el ser humano roba, mata, adultera, puede dañar la propiedad del prójimo ya sea con intención o por accidente, etc. y por ende la Torah no es un mensaje para angelitos que pasan rezando, sino un mensaje para los seres humanos con sus faltas y debilidades, con el fin de que conviertan sus malas obras en obras de bondad. Si pecó una vez por ignorancia, la segunda vez sabrá, y si aún comete un error Dios le permite corregir sus obras. Por lo tanto, la Torah, entendiéndose como la Palabra de Dios, no es un mensaje condenador o que pretende que todo ser humano sea perfecto sin mácula, sino todo lo contrario, que entiende cómo somos, y por lo mismo, Dios nos manda a obedecer Su Palabra, porque la necesitamos, porque nos completa y nos permite evolucionar intelectualmente y moralmente. Después de todo, el vivir sin robos, asesinatos, esclavitud y pleitos solo nos favorece a nosotros los seres humanos, para vivir una vida feliz, en comunión y plena.
Cómo se puede ver en los tres casos de esclavitud que vemos en las primeras páginas de la Biblia, Dios, ya se a través de desastres de la naturaleza, intervención divina o coincidencia, podría, lo hizo y puede poner un fin a nuestras ahorrantes conductas y comenzar todo de nuevo con destrucciones masivas ¿Pero qué logramos con eso? una generación y otra y ya el mal esta en nosotros.
La solución es la Torah, un impulso de bondad que debía estar eternamente presente en nosotros, para que con su mensaje procuremos cambiar para bien el futuro.