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Dios desciende al exilio

El significado de la revelación de Dios a Jacob en el capítulo 46

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Después de que los hijos de Jacob le dicen que José todavía está vivo, e incluso es el gobernante de Egipto, el espíritu de Jacob revive y decide ir a ver a su hijo antes de su muerte. Jacob envejecido deja Hebrón y se embarca en un viaje a Egipto, que es su segundo viaje al exilio de la tierra de Israel, después del exilio a Harán (Gen 28: 10), en donde pasó 20 años.

Cuando Jacob escapa de su hermano Esaú en su primer exilio, la casa de su padre permanece en Canaán, aunque regresa rico en familia y posesiones, aún tenía a qué regresar en cualquier caso. En esta ocasión, sin embargo, se va al exilio a Egipto con todos sus descendientes y con todas las posesiones que adquirieron en Canaán, dejando solo tumbas y altares, lo que implica un difícil regreso. En el camino, llegan a Beer Sheba, donde Jacob hace sacrificios al Dios de su padre Isaac y, como sus padres, recibe una revelación divina nocturna:

Lectura Bíblica

א  וַיִּסַּע יִשְׂרָאֵל וְכָל-אֲשֶׁר-לוֹ, וַיָּבֹא בְּאֵרָה שָּׁבַע; וַיִּזְבַּח זְבָחִים, לֵאלֹהֵי אָבִיו יִצְחָק. 
ב  וַיֹּאמֶר אֱלֹהִים לְיִשְׂרָאֵל בְּמַרְאֹת הַלַּיְלָה, וַיֹּאמֶר יַעֲקֹב יַעֲקֹב; וַיֹּאמֶר, הִנֵּנִי.
ג  וַיֹּאמֶר, אָנֹכִי הָאֵל אֱלֹהֵי אָבִיךָ; אַל-תִּירָא מֵרְדָה מִצְרַיְמָה, כִּי-לְגוֹי גָּדוֹל אֲשִׂימְךָ שָׁם.
ד  אָנֹכִי, אֵרֵד עִמְּךָ מִצְרַיְמָה, וְאָנֹכִי, אַעַלְךָ גַם-עָלֹה; וְיוֹסֵף, יָשִׁית יָדוֹ עַל-עֵינֶיךָ.
ה  וַיָּקָם יַעֲקֹב, מִבְּאֵר שָׁבַע; וַיִּשְׂאוּ בְנֵי-יִשְׂרָאֵל אֶת-יַעֲקֹב אֲבִיהֶם, וְאֶת-טַפָּם וְאֶת-נְשֵׁיהֶם, בָּעֲגָלוֹת, אֲשֶׁר-שָׁלַח פַּרְעֹה לָשֵׂאת אֹתוֹ.
ו  וַיִּקְחוּ אֶת-מִקְנֵיהֶם, וְאֶת-רְכוּשָׁם אֲשֶׁר רָכְשׁוּ בְּאֶרֶץ כְּנַעַן, וַיָּבֹאוּ, מִצְרָיְמָה:  יַעֲקֹב, וְכָל-זַרְעוֹ אִתּוֹ. 
ז  בָּנָיו וּבְנֵי בָנָיו, אִתּוֹ, בְּנֹתָיו וּבְנוֹת בָּנָיו, וְכָל-זַרְעוֹ--הֵבִיא אִתּוֹ, מִצְרָיְמָה

Génesis 46  Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.   2 Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí.  3 Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación.  4 Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos. 5 Y se levantó Jacob de Beerseba; y tomaron los hijos de Israel a su padre Jacob, y a sus niños, y a sus mujeres, en los carros que Faraón había enviado para llevarlo.   6 Y tomaron sus ganados, y sus bienes que habían adquirido en la tierra de Canaán, y vinieron a Egipto, Jacob y toda su descendencia consigo;   7 sus hijos, y los hijos de sus hijos consigo; sus hijas, y las hijas de sus hijos, y a toda su descendencia trajo consigo a Egipto.

¿Qué teme Jacob?

Miedo basado en su experiencia

Jacob teme al exilio porque ya lo había experimentado siendo esclavo de su propio tío, siendo engañado numerosas veces  y habiendo vivido todo ese tiempo en pésimas condiciones, en esa instancia finalmente logra escapar, aunque con persecución, y al volver debe enfrentar nuevamente la situación conflictiva con su hermano Esaú, quien se aproximaba con 400 hombres hacia él. En esta ocasión Jacob descendía con toda su familia, lo que él había construido y adquirido, a una nación mucho más grande  y poderosa, donde teme que ocurriría lo mismo, pero con toda su familia.

Abandonar la Tierra Santa

Es fácil inferir que sobre todas sus dudas o pensamientos, Jacob mantenía una promesa, "La tierra prometida", por lo cual, independientemente de descender para ver a su hijo José, o más bien, por la gran hambruna que había en esos años, tuvo que haber temido perder la Tierra que habían adquirido sus padres y la promesa de parte de Dios, por otro lado, existen  los problemas de aclimatación a un nuevo lugar, así como a un estado social y cultural diferente, lo que implica además la amenaza de que una estadía temporal se vuelva permanente y resulte en emigración, o incluso asimilación. Las palabras de Dios, "Te convertiré allí en una gran nación", aseguran así a Jacob que sus descendientes se convertirán en una gran nación en Egipto, prometiendo en primer lugar que ellos, o al menos la mayoría de ellos, no asimilarán sino conservarán su identidad.

Miedo a la agresión egipcia

Es lógico que Jacob, así como mantenía una promesa divina de heredar la Tierra de Canaán y de ser una bendición para todas las familias de la Tierra, tuvo que saber también las condiciones, o como se podría decir hoy, la letra chica "Debes saber que tus descendientes serán extraños en una tierra que no es de ellos, y serán esclavizados y oprimidos cuatrocientos años". (Génesis 15:13).
Aunque cuando Dios le revela esto a Abraham, Dios no nombra la tierra del futuro exilio, ni el tiempo de comienzo, aunque se entiende que su primer descendiente respecto a esta promesa es Isaac, el versículo espera que el lector sepa que Egipto es donde la simiente de Abraham experimentará la esclavitud.
En cualquier caso, el exilio y estos cuatrocientos años son desde el nacimiento de Isaac, aunque el haya vivido en la tierra de Israel, vivió como extranjero y luego Jacob experimentó el exilio y la opresión de la misma forma que José, y aun restaban más de 200 años, es aquí donde Jacob se encontraba sabiendo que aun restaban alrededor de 215 años de los cuales Dios había advertido exilio, esclavitud y opresión.

"Yo mismo descenderé contigo"

Conociendo ya los temores que pudo haber tenido Jacob, podemos entender que esta revelación fue claramente para transmitir confianza o tranquilidad frente a esta decisión, como diciendo, "está bien Jacob, no te preocupes por el exilio, la opresión, o tu experiencia de vida, ¡Estaré contigo!"

Es importante también recordar el uso de antropomorfismo en esta historia, que ya hemos analizado en otros estudios. Dios le dice a Jacob que descenderá con él. Pero, qué significa que descenderá, significa que ¿Dios está en un lugar específico?  ¿puede Dios  descender o subir? ¿o en general acompañar a Jacob de su lado? la respuesta es que obviamente sí y no, pues Dios no puede contenerse en un espacio limitado o específico, ya que no está dentro de un cuerpo  [al menos no tenemos  un descripción alternativa en la Biblia], pero Dios en realidad está en todas partes, pues es omnipresente. Dios está en cada espacio y en cada vida, pues todo espíritu o aliento de vida salió de el, está sobre los cielos y en el suelo y subsuelo, en realidad el explicar "Donde está Dios específicamente" es una pregunta sin respuesta, pues está en todas partes. Entonces, ¿qué sentido tiene decirle a Jacob [si de todos modos está en todas partes] que Él, Dios mismo, descendería con él?. Claramente es el uso de un antropomorfismo, por medio del cual, dada la incomprensión del ser humano, Dios quiere transmitir a Jacob en este caso que iría con él como a su lado literalmente. Nosotros sabemos que Dios está en realidad sobre toda su creación, pero desde la perspectiva de Jacob, quien estaba pasando por muchos temores, sentiría que Dios mismo descendería con él, como caminando a su lado.

​¿Por qué Jacob necesita otra palabra de aliento?

Entendiendo la complejidad de lo que significa viajar a otra nación en momentos de carestía, y por la experiencia vivida es normal y lógico que Jacob haya tenido miedo y temores, y bueno, justamente así fue, y Dios lo reconfortó. Pero también esperaríamos que el patriarca tuviese un poco más de Emuná. En otras palabras, Dios se le había aparecido numerosas veces para transmitirle confianza y seguridad, y le había sido fiel en todo y ya había sido muy bendecido. Por lo tanto, nos parece incluso un poco "demás" que Yehovah se le aparezca nuevamente para ofrecerle ayuda.

Pero de todos modos, siempre enseñamos a no ver estas narrativas como un Sefer ha Historyia, pues esa palabra ni existe en hebreo, sino como lo que es, Sefer ha Torah [Libro de la Instrucción], por lo cual, nos quedamos con la siguientes preguntas, cuál es el motivo de ésta instrucción ¿Cuál es la instrucción?¿quién necesita la promesa y qué mensaje adicional contiene?

Dios está contigo en el Exilio

Parece que esta promesa está dirigida a los lectores de Génesis, oponiéndose a una antigua opinión de que la providencia divina es limitada y efectiva solo en la tierra de Su herencia [Israel], de modo que abandonar la tierra significa abandonar a Dios y exponerse a la influencia de otros dioses. [Existen varios ejemplos de este pensamiento en la Biblia pero es discusión  para otro estudio]

Sin embargo, basado en algunos ejemplos en el libro de Génesis vemos que:

  • Dios saca a Abraham de Ur Kasdim (Génesis 15: 7).

  • Dios se dirige a Abraham en Harán (Génesis 12: 1-3).

  • Los ángeles de Dios llegan a Sodoma (Génesis 19: 1-29).

  • Dios viene en un sueño a Abimelec, el rey filisteo de Gerar (Génesis 20: 3-7).

  • El ángel de Dios se revela dos veces a Agar en el desierto (16: 7-12; 21: 17-19) y también estuvo allí con Ismael (21:20).

  • Él está con Jacob en sus andanzas (Gen 28-32).


El Dios del Génesis es, pues, universal, vigila y gobierna el mundo con todo lo que hay en él. Naturalmente, es un mensaje especialmente significativo para una sociedad que enfrenta el exilio.  Debe enseñarse una y otra vez que ingresar a otro país no significa ingresar al servicio de otro dios, y que el Dios de Israel aún estará con ellos en el lugar de su exilio, incluso hasta los confines más remotos de la Tierra.

Esta idea que se expresa en Génesis se expresa más explícitamente en varios pasajes bíblicos posteriores. La conclusión de la oración de Salomón, una composición exílica, señala que Dios escucha a los israelitas en el exilio (1 Reyes 8: 46-50) (2 Crónicas 7:14). Del mismo modo, el famoso Ezequiel 11:16 señala que Dios funcionará como un "mini santuario (מקדש מעט)" para los israelitas en el exilio. De hecho, muchos estudiosos creen que uno de los puntos del libro de Jonás, probablemente una composición posterior al exilio, es que el profeta trató de huir "de delante de Yehováh (מלפני י-הוה)", es decir, lejos de la tierra de Israel, esperando poder escapar de Dios; y la continuación del libro sugiere lo contrario, sugiere un Dios universal, que incluso estaba en lo más fondo del mar.

"Te traeré de vuelta"

Aunque mi esposa se queja por hacer los estudios cada vez más largos y hago lo que puedo para simplificarlos [ya que ella los edita] es inevitable para mí compartir la segunda parte de la promesa de Dios a Jacob: que de la misma forma en que Dios estaría en su exilio, Dios también, Él mismo, los traería de vuelta.

No es casualidad que en estos pocos versículos (Génesis 46: 1-7), el nombre Israel se repita tres veces, una vez incluso como "los hijos de Israel". Así, el escritor reitera a sus lectores que lo particular y lo general están unidos, y que el propio destino de Jacob es el del pueblo de Israel. En otras palabras, esta promesa referida personalmente a Jacob, se extiende hacia su descendencia.

El libro de Génesis, entonces, en su forma final, describe el destino de la nación, cuyo futuro está marcado por los exiliados, llamando a su pueblo a preservar su identidad como siervos de Dios incluso en el exilio. Es difícil creer que este libro, escrito hace unos 2500 años, siga siendo tan relevante de generación en generación para millones de judíos dispersos, retornados  e incluso muchos que se han unido al pueblo de Dios y han abrazado las palabras de su Pacto. La verdad es que  la Biblia está rodeada de criticas, especialmente por parte de sus seguidores, pero existe una prueba real, clara y evidente de la veracidad de las palabras de este libro, Los exilios del pueblo de Israel. Si ves a un judío(a) o a un israelita en Japón o Argentina, él o ella es prueba  de la veracidad de la Biblia, y aunque las persecuciones siempre han traído consigo opresión e incluso esclavitud,  como estaba prometido en Deut 28-30. El mensaje dominante y la fiel promesa de Dios es para ti el  lector. Que Yehovah siempre estará contigo en la diáspora y también Él mismo te hará regresar a la tierra de Israel.

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