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Devar Torah -Beshalaj
Palabras de Torah por Isaac Vejar

Publicado 01.02.2023

La porción titulada "Beshalaj" contiene una de las historias más impactantes de la Biblia. Dios conduce a los israelitas hacia el Yam Suf y lo parte en dos para que ellos pudieran escapar de los egipcios y así logren finalmente la libertad de la esclavitud.

A pesar de esta gran hazaña, me gustaría analizar algunos detalles menores que probablemente sean más importante que la partición del mar. Esta porción comienza indicando que había otra ruta para llegar a la anhelada Tierra Prometida, dirigiéndose hacia el norte por la costa.

¿Por qué Dios no escogió esa ruta?

Debido a que en Canaan había guerra, Dios dijo a Moisés que mejor los dirigiría por otra ruta para que la Fe de los israelitas no desmaye y no deseen volver a Egipto.

La lógica de Dios parece bastante razonable y bondadosa, pese a que los israelitas salieron victoriosos de Egipto, Dios sabía que aquella era una emoción temporal por los prodigios que El había causado. Ellos no obtuvieron la libertad por sus propios méritos y su mentalidad seguía siendo esclava.

Lo controversial de esta historia, es que al llegar al Mar Rojo vemos que ocurrió exactamente lo que Dios quería evitar. Los israelitas comenzaron a quejarse y desearon volver a Egipto para ser esclavos. Esto de hecho ocurrió numerosas veces en el desierto.

¿Acaso Dios no sabía la reacción de los israelitas?

¿Se equivocó Dios? y ¿Qué logró entonces al conducirlos hacia un mar sin salida?

Pese a que ocurrió exactamente lo que Dios no quería, en realidad ocurrió lo que Dios sabía que iba a ocurrir, las quejas y los desánimos eran inevitables, por esto justamente los israelitas necesitaban conocer más a Dios para encontrar la fortaleza que también había en ellos.

Las palabras finales de esta porción nos enseñan que después de algunas quejas, desánimos y ,en respuesta, los prodigios de Dios, los israelitas se vieron amenazados por los amalecitas y esta vez, con sus propios méritos, lograron una doble victoria, vencer a la nación enemiga que los atemorizaba y el miedo que había en ellos como personas con mentalidad de esclavos.

Si podemos aprender de la historia, y qué mejor que la historia de Dios con su pueblo Israel, podemos aprender que a veces, en el camino de la Fe, podemos salir con nuestros brazos en alto como salieron los israelitas de Egipto e ir confiados en vencer cualquier adversidad que se encuentre en nuestro camino. Esto se da mucho debido a charlas positivas o mensajes emocionalistas especialmente populares en estos días. Dios no obstante, nos conduce a adversidades que nos harán enfrentar los temores del pasado y que hará aflorar lo que realmente hay en nuestro corazón. 

Lo bueno es que no hay un fin, una meta, perdedores o ganadores para Dios. Las prueba, aunque sean verdaderos problemas en nuestras vidas, pretenden corregir nuestra comprensión y nuestra conducta para ser mejores personas y hacer que el entorno que nos rodea sea cada vez mejor.

Por lo tanto, si estabas a las puertas de una Tierra Prometida y parece que Dios te llevo a un desierto sin salida, no le preguntes a Dios qué hacer, así como lo hizo Moisés, sino que usa lo que Dios ya te ha dado y enseñado, y extrae lo mejor que puedas extraer de las adversidades de la vida, pues al final nos damos cuenta que el proceso era necesario.

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