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La mujer amputada:
Comparando la Torah con las leyes del Antiguo Medio Oriente​

Una esposa que interviene en una pelea para salvar a su esposo agarrando los testículos de su oponente es castigada con la amputación de su  mano (Deut 25: 11-12). ¿Cuál es la naturaleza de su ofensa? ¿Por qué su intención de salvar a su marido no es un factor atenuante? y ¿Cómo debe ser entendida la Torah frente al contexto cultural de estas leyes? 

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El caso abordado en Deuteronomio 25: 11-12 se destaca en la Toráh, tanto por la naturaleza de la ofensa como por el extremo castigo prescrito:

דברים כה: יא כִּי יִנָּצוּ אֲנָשִׁים יַחְדָּו אִישׁ וְאָחִיו וְקָרְבָה אֵשֶׁת הָאֶחָד לְהַצִּיל אֶת אִישָׁהּ מִיַּד מַכֵּהוּ וְשָׁלְחָה יָדָוּ וְהּ. כה: יב וְקַצֹּתָה אֶת כַּפָּהּ לֹא תָחוֹס עֵינֶךָ

Deut 25:11 Si los hombres se pelean entre sí y la esposa de uno se acerca para rescatar a su esposo  de la mano del que lo golpea, y ella extiende la mano y agarra  sus partes íntimas (מבשים mevushim) , 25:12 le cortarás (וְקַצֹּתָה) la mano(כַּפָּהּ). Tu ojo no tendrá piedad.

Las tres palabras hebreas claves que nos permiten entender este pasaje son:

  • Mevushim מבשים (cosas vergonozozas o que traen verguenza)

  • qatzotah וְקַצֹּתָה (amputar, en la forma qal)

  • ​Kaf כַּפָּהּ (mano completa o palma)


Estas palabras permiten la traducción apropiada de que las partes vergonzosas del hombre son eufemismo de los genitales masculinos, la cual ella no toma por error o dando un golpe, como en forma de puño, sino que agarra con su palma (kaf) (el uso de la palabra Kaf en vez de yad sirve para enfatizar que se trata de la palma o solo la mano, y no el brazo completo. En consecuencia, su palma (kaf) o mano entera, para resaltar la ley de reciprocidad, debe ser cortada o desmembrada. 

Un paralelo del Antiguo Medio Oriente

Las Leyes del Asirio Medio A8, líneas 78-87, tratan un caso similar al de Deuteronomio 25: 11-12:

Colecciones de leyes de Mesopotamia y Asia Menor, SBLWAW 6 (Atlanta: Scholars Press, 2ª ed., 1997), 156-57,

Si una mujer arranca el testículo de un hombre durante una pelea, le cortarán uno de los dedos. E incluso si el médico debe vendarlo, pero si el segundo testículo se infecta (?) Junto con él y se vuelve ..(?)., o si arranca el segundo testículo durante la pelea, le cortarán ambos [..dedos o manos?. ].

La traducción de este texto es dificultosa por ciertos pasajes faltantes y por ser un idioma ancestral en desuso. No obstante, la traducción de Martha T. Roth a ingles y una simple traducción nuestra al español nos permiten comprender las similitudes de esta ley con las de la Deuteronomio 25 en la Torah. Del mismo modo, estos pasajes tienen diferencias notables:

Identidad de la mujer — En la ley bíblica, la mujer es específicamente la esposa de uno de los hombres que pelean y que interviene para salvar a su esposo. En la ley asiria, no se da información sobre la identidad de la mujer, pero parece ser una de las personas involucradas en la pelea, no un espectador que interviene para salvar a alguien.

Daño: en la ley bíblica, no se especifica ningún daño a los testículos. En la ley asiria, se establece explícitamente que la mujer ha arrancado uno de los testículos del hombre y existe la posibilidad de que ambos testículos estén dañados.

Mutilación: si bien ambos castigos implican la mutilación, la forma en que se interpretan es algo diferente.


Es probable que las similitudes no indiquen una relación directa entre las dos leyes; más bien, podríamos decir que ambos eran parte de una tradición legal común más grande del Cercano Oriente, posiblemente de las leyes de Hamurabi y su relación a la ley de Talión, en Mesopotamia.

También, basado en ambos escritos que datan alrededor de la misma fecha y de regiones cercanas podemos inferir que este incidente ocurría con mucha frecuencia y se consideró lo suficientemente grave como para que ambas colecciones de leyes sintieran que era necesario abordarlas.

Interpretación rabínica:
​compensación monetaria y la ley de talión

El sentido literal del texto bíblico es que la mano de la mujer debería ser cortada, y esto también se refleja en las traducciones griega y aramea. La literatura rabínica, sin embargo, interpreta la frase como una referencia a la compensación monetaria (b. Baba Qamma 28a):

וקצתה את כפה — ממון

“Le cortarás la mano” —financieramente

Los rabinos interpretaron esta porción al igual que la instrucción del "ojo por ojo" de Exódo 21:24 y su relación al Lex Talionis. 

תניא א"ר יהודה בן דוסתאי: עין תחת עין ממון

Se enseñó: R. Judah ben Dostai dijo: "'Ojo por ojo', económicamente".

No tenemos una fuente interpretativa del tiempo de la redacción de la Torah que nos permita saber si ésta es la interpretación contextual correcta de "la ley de ojo por ojo" en la Biblia y de la amputación de la mano de una mujer, o si "ésta compensación monetaria" es más bien, una interpretación reformista contemporánea que surgió como consecuencia de las circunstancias en la que los judíos fueron forzados a vivir (sin un sistema judicial y aboliendo muchas penalidades de la Torah) después de la destrucción del Segundo Templo. Pero basado en la falta de ejemplos de la Biblia Hebrea, la falta de evidencia arqueológica de que en el Antiguo Israel se haya practicado dicho juicio y ,lo que incluso, el Nuevo Testamento puede aportar en su interpretación ética sobre la ley de Restitución sobre "el ojo por ojo", (Ver estudio Ojo por Ojo y La Ley de Restitución),se puede reforzar la idea convencional judía, de que Dios no mandó a nadie a mutilar a nadie, sino más bien, pretendía enseñar sobre la restitución o pagos de indemnización monetarios con estos ejemplos.

¿Si Dios quería enseñarles a los israelitas a indemnizar por las heridas o daños que provocaren, por qué no decirlo tal cuál? ¿Por qué decir ojo por ojo o diente por diente, testículo por mano (si no pretendía que realmente se dañen los unos a los otros)?

Para los israelitas la ley de "ojo por ojo" de Mesopotamia, les era familiar. Abraham, el patriarca salió de Ur de los Caldeos, Mesopotamia, y es muy probable que  los antiguos israelitas que habitaron en Egipto mantuvieran muchas de estas costumbres y prácticas como la base de la constitución de sus civilizaciones.  Es por esto, que cuando Yehováh Dios comunicó la Torah a su Pueblo Israel en el desierto, a fin de que vivan conforme a esos estatutos, Dios en la Torah parece traer a recordatorio la ley de Talión, entre otras leyes y costumbres comunes de las otras civilizaciones colindantes, a fin de que los israelitas entiendan a qué se refería.

De esta forma los israelitas comprenderían que Dios quería enseñarles sobre la reciprocidad, la justicia y la restitución, algo que la humanidad ya había logrado comprender y practicaba. Pero a diferencia, la ley Bíblica además pretendía corregir ciertas falencias de la ley babilónica; enseñando así que no es nuestro deber sacarle el ojo a nadie o cobrar justicia por nuestras manos, sino que la restitución es un deber del culpable y que aquella descripción de ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, herida por herida, por lo tanto, pretendía establecer un equivalente monetario a fin de que el culpable indemnice por los daños cometidos apropiadamente, como diciendo: pagaras por una mano, lo que equivale a una mano; o, si golpeas a tu prójimo y le quitas un diente, le pagarás lo equivalente a un diente.

Entendiendo Deut 25 y Éxodo 21 como una misma instrucción 

La ley de "ojo por ojo" de la Torah y la ley sobre una mujer que debe ser mutilada por dañar el miembro reproductor de un hombre  comparten una relación mucho más cercana. Como hemos visto, ambas tienen un referente a las leyes de justicia salvajes del Antiguo Medio Oriente, pero en la Torah ambas tienen un contexto ligado a la vida.

  • En Éxodo 21, el mandamiento del "ojo por ojo" es acompañado de una narrativa donde dos hombres luchan entre sí, y si como consecuencia la mujer embarazada resultare teniendo una perdida, ya sea de su vida o de la que está en su vientre, el hombre debe pagar ojo por ojo, diente por diente, vida por vida etc. (monetariamente)

  • En Deut 25, el castigo de la mujer se debe al contexto de dos hombres luchando, pero en este caso la mujer toma la iniciativa de defender a su marido arrancando o dañando el miembro reproductor del oponente (señal de vida).


Es por estas conexiones, que la ley de la mujer que debe ser mutilada se entiende como una extensión de la narrativa de una mujer embarazada herida y su consecuencia a la ley de ojo por ojo, así presentando dos posibles escenarios:

Si luchan dos hombres y por causa de su riña

  1. terminara herida la esposa (que además estaba embarazada) el oponente debe indemnizar por la vida que daño (de la mujer o su hijo o hija)  (Éx 21:24), 

  2. pero si terminara herido el hombre oponente teniendo la perdida de no poder tener descendencia por culpa de la mujer, la mujer debe indemnizarlo (monetariamente) (Deut 25:12)


La interpretación adecuada de Deuteronomio 25:12 por lo tanto, puede entenderse como algunos rabinos lo interpretaron, ambas leyes  tratan de enseñar sobre la restitución por medio de una compensación monetaria y por lo contrario, no se trata de un castigo extremo como la mutilación que practicaban en las naciones vecinas. Pero el pasaje contiene otro detalle notorio:

¡No muestres piedad!

​La advertencia de no mostrar piedad se usa con moderación en Deuteronomio, y cada uno de los otros casos en los que aparece (Deut.13: 9; 19:13; y 19:21) involucra una situación en la que las personas pueden inclinarse a sentir lástima y ser reacio a ejecutar el castigo:

 

  • La idolatría —Deuteronomio 13: 7–12 establece que si un familiar cercano o un amigo trata de tentar a alguien para que adore a otros dioses (o abandone la Torah), la sentencia es apedrear a la persona que nos quiso desviar de Dios. Esta instrucción nos manda a no tener piedad de ejecutar dicho juicio porque tal vez la persona desee evitarle a su amigo cercano o pariente tal terrible destino: la muerte por lapidación.

  • Asesinato —Deuteronomio 19: 11-13 se refiere a alguien que cometió un asesinato premeditado y luego huyó a una ciudad de refugio. Los ancianos de su ciudad, que deseen perdonar a una persona que logró llegar a su ciudad de refugio, deben hacer arreglos para que lo traigan de regreso y lo entreguen a los jueces, ellos no deben mostrar piedad para evitar el castigo de un asesino a fin de que no se propague el asesinato.

  • Testimonio falso: Deuteronomio 19:21 sentencia a una persona declarada culpable de dar falso testimonio en un juicio .Esta debe someterse al mismo castigo o sentencia que los jueces darían a la víctima acusada falsamente (utilizando la fórmula taliónica), a pesar de que no hubiera necesariamente hecho algún daño a la víctima. Este pasaje también prohíbe a los jueces mostrar piedad ante el juicio, ya que sería tentador no culpar a nadie si en realidad no hubieron daños o causas reales, pero el objetivo era evitar que las personas declaren falsamente y hagan sufrir a otras injustamente.


Con esta misma base, es muy probable que para los jueces, sea tentador no culpar a la mujer o a la pareja que haya causado dicho daño, ya que al fin solo pretendía salvar a su cónyuge, posiblemente para evitar su muerte.

La expresión de "no tendrás piedad" es notoria, ya que podría enfatizar que el juicio no trata de una simple restitución monetaria o bien nos permite entender que independiente de que esta ley era común en el Antiguo Medio Oriente y que así como la ley de Talión, Dios pretendía corregir, para Dios era importante la ejecución de este juicio ¿Por qué?

Respeto por la vida, la bendición de YHVH

Rashi, Ibn Ezra, Gersonides, y Filíon, entre otros comentarista abordaron con distintas perspectivas ¿El por qué de este mandamiento? y el severo castigo de la mujer (independiente que trate sobre una compensación monetaria y no de una amputación) Aunque todas estas puedan ser apropiadas y no las analizaremos aquí por la longitud de este estudio, a continuación intentaré explicar por qué la Torah defiende al hombre en este caso y por qué la mujer es culpable sin importar sus intenciones.

En las bendiciones y maldiciones, si la gente es fiel a Yehováh y sigue la Toráh, serán bendecidos con prosperidad, fertilidad y abundancia (ver, por ejemplo, Deut 28: 4, 11, 12). La infidelidad a Yehováh y la falta de adherencia a la Toráh resulta no solo en la pérdida de prosperidad, fertilidad y abundancia, sino también en la pérdida y destrucción de la progenie (ver, por ejemplo, Deut 28:18; 32; 41; y especialmente 53-57). 

Debido a que la Torah da a entender que la fertilidad depende de la misericordia y bendición de Yehováh, es probable que el crimen de la mujer de agarrar los testículos del hombre y, por lo tanto, representar una posible amenaza para su fertilidad, traspase no solo una preocupación sobre la modestia, o la integridad del individuo, sino también contra la frontera entre lo divino y lo humano. Indicando así que la única entidad en el universo que debería otorgar o quitar la capacidad de procrear es Yehováh y por lo tanto, la mujer en este caso estaría usurpandole un derecho a Dios y la oportunidad a un hombre o matrimonio de construir una familia.

Sumatoria y reflexión:

El mandamiento de amputar la mano de  una mujer que golpea o daña el miembro reproductor de un hombre a fin de salvar la vida de su esposo se puede ejecutar de dos maneras:

  1. cortando la mano de la mujer (interpretación literal sin contexto)

  2. haciendo que la mujer indemnice o pague respectivamente por los daños provocados

La primera opción tiene ciertas falencias, ya que no existe evidencia de dicha costumbre en Israel y se contradice al propio mandamiento de la ley reciproca del "ojo por ojo" (Éx 21:24), (ej: no se paga ojo por mano, o diente por brazo, del mismo modo, pagar con una mano por solo herir los genitales de un hombre sería un castigo desproporcionado)

La segunda es la interpretación convencional y favorita de los interpretes, pero es dificultosa porque no es comprensible por una lectura plena. No obstante, el análisis de los comentarios que los distinto interpretes han ofrecido, nos permiten entender principios más importantes que la narrativa en discusión.

¿Por que la Torah discute leyes primitivas como estas?
¿Dios esta a favor de un juicio salvaje como la amputación?
¿No importan las intenciones justificables de la mujer para Dios?
¿Por qué la Torah copia leyes de otras civilizaciones y religiones si proviene de Dios?
¿Cuál es el principio de esta enseñanza?

​Discutir estas preguntas  acompañadas de un extenso análisis generalizado de la Torah nos permite orientarnos a concluir que la aplicación de esta instrucción es monetaria. La mujer que causó dicho daño debe pagar por las heridas y gastos necesarios. Pero además la Toráh enseña a los jueces una enseñanza sobre la equidad. La Torah dice que no debemos favorecer a un pobre o rico, sino a juzgar con justo juicio. En Éxodo 21 Dios condena al hombre por herir a una mujer embarazada mientras en Deuteronomio 25 Dios condena a la mujer por dañar el miembro reproductor del hombre. La fuerza del hombre, sus partes sensibles, la vulnerabilidad de la mujer o su astucia no deben cegar el juicio de los jueces. En ambas ocasiones Dios enfatiza la justicia independiente de la intención de por medio. Y por sobre todo, sugiero que el principio de esta enseñanza se entiende debido a la crueldad de este (aparente) castigo. 

Lamentablemente muchos ponen su enfoque en la crueldad del juicio y piensan que la Torah es primitiva y que el Dios y las enseñanzas del Pentateuco promueven el salvajismo, siendo una simple copia de las leyes primitivas de otras antiguas civilizaciones, pero me gustaría aclarar que Dios prohíbe el odio entre dos seres humanos (Lev 19:18) y que estos se golpeen en primer lugar (Éx 21). Por lo tanto me gustaría aclarar que si obedeciéramos a Dios amando a nuestros prójimos, y aunque fallemos a lo primero, controlemos nuestras emociones impulsivas y no dañemos o golpeamos a nuestros prójimos, nunca llegaríamos a discutir sobre ¿Qué hacer con alguien que traspasa todas estas barreras? (los hombres no deberían estar peleando en primer lugar y una mujer no debería herir los genitales de nadie)

Además, incluso si se diera el caso y se aplicara la ley de ojo por ojo y la amputación, como enseña este pasaje, las otras naciones vecinas de donde nacen todas las naciones que hoy existen practicaban dicha crueldad, más para los israelitas estas enseñanzas eran metáforas que pretendían poner orden en la civilización a través de una compensación justa monetaria a fin de no provocar más daños. 

¿Qué hacemos ahora?

Ya que Israel no es gobernado conforme a todo un sistema judicial ideal de la Torah y en las naciones no podemos simplemente ejecutar nuestros propios juicios si consideramos algo injusto, sino solamente nos queda someternos a ellos y esperar la pronta venida del Mesías, la mayoría de estas leyes civiles no se aplican o más bien, no se pueden poner en práctica. Pero en realidad, gracias al enorme impacto de la Biblia Hebrea en la mayoría del mundo, incluso de los que hoy se consideran ateos, la mayoría de las leyes civiles e incluso las constituciones de las naciones reflejan la justicia que se enseña en la Biblia. Al menos en los países que he vivido si uno choca el vehículo de otra persona y es evidente que uno es culpable, como ciudadano tengo el deber de pagar por los daños necesarios y si fuere el caso, por los daños provocados a los otros pasajeros.

Por lo tanto, ya sea que vivamos en un país civilizado o no, en Israel o cualquier parte del mundo, siempre tendremos la oportunidad de cumplir la Torah de Dios ya sea con la orden de los jueces o como un simple principio ético que esté incrustado en nuestro corazón.
En este sentido deseo explicar que el caso de una mujer amputada y su referencia al código de leyes Asirias refleja una costumbre o habito común de aquellos años,  y es por esta razón que para Dios era necesario abordar y citar este problema¡ Pero éste es solo un ejemplo!
Si la Torah fuera escrita hoy y los daños se provocaran con armas, accidentes automóviles o cualquier caso que hoy pueda ser comprensible y común a la sociedad, la Torah no expondría un caso como el de dos hombres luchando sino otro que nos permita entender el principio de Dios, ¡"no causes daño a tu prójimo o sino pagarás por los daños, seas hombre o mujer"!

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